La Filmoteca del Terrario

lunes, 26 de septiembre de 2011

LA SEMANA MÁS LARGA (19-25/09)

EDTV (Ron Howard, 1999) Una nadería anémica que remakeaba un film francés acerca de un reality show que sigue al personaje que interpreta McConaughey cual "Gran Hermano" que se estrenó poco después de "El Show de Truman". Escrita por dos desastres llamados Lowell Ganz y Babaloo Mandel (¡vaya filmografía!), Ron Howard dirige este anuncio de Pepsi estirado hasta las dos horas de metraje donde el único que conservó la dignidad intacta es Martin Landau. No se salva ni un Woody Harrelson necesitado de costo ni un Dennis Hopper mercenario como papá "con pasado". Estereotipos de todo pelaje, cameos de Michael Moore y Jon Stewart y el sempiterno Clint Howard pululan por un bodrio que fue el mayor hostiazo en taquilla de su director, quien no tardó en "resucitar" a base de purrias taquilleras y Oscars regalados. Coste: 80 millones de dólares.


GUERREROS DE ANTAÑO (Once Were Warriors, Lee Tamahori, 1994) El debut del neozelandés Lee Tamahori en la dirección, con el que se ganó su pasaporte a Hollywood. Drama sobre las vivencias de una familia maorí en los barrios pobres de Auckland y la brutalidad ejercida por el marido alcohólico (Temeura Morrison) sobre su sufrida esposa (Rena Owen). Nada nuevo bajo el Sol, pero rodada de forma realista, con escenas brutales (las palizas) y con un reparto en estado de gracia que eleva lo que pudo haber sido un telefilm malo de sobremesa a una cinta notable. Lástima que una vez abducido por Hollywood, Tamahori pasase de correcto artesano (Mulholland Falls, El Desafío) a bodriero de cuidado (XXX 2, Next)





HOMBRES FRENTE A FRENTE (At Close Range, James Foley, 1986) Los hermanos Penn, Christopher Walken, Mary Stuart Masterson, Crispin Glover después de que Darth Vader del Planeta Vulcano le visitase y un Kiefer Sutherland de la que empezaba protagonizan este drama paterno-filial basado en hechos reales rodado por un James Foley empapado de la estética MTV ochentera y escrito por Nicholas Kazan (hijo de). No por nada hay una delación en un momento clave. Lo mejor son las actuaciones del dúo protagonista, en especial un Walken dando su actuación quintaesencial como tipo siniestro, turbio y encantador al mismo tiempo, con un enfrentamiento final de antología. Aunque la cinta no ofrezca nada nuevo bajo el Sol, sorprende por tener más violencia (ese tiroteo en el coche) y menor falta de concesiones de lo esperado. Cancioncita al final de la ex-señora Penn en la época en que merecía la pena física y musicalmente hablando.

lunes, 19 de septiembre de 2011

LA SEMANA MÁS LARGA (12-18/9)


EL AULLIDO DEL DIABLO (Paul Naschy, 1987) Después de una serie de reveses profesionales y personales y con el fantaterror muerto y acabado a mediados de los 80 (Ley Miró, cambio de gustos en el público, etc.), Jacinto Molina/Paul Naschy intentó su “Comeback” en un homenaje a los monstruos clásicos y a sí mismo, criticando de paso a sus detractores. Peleas por la autoría del guión, problemas detrás de las cámaras y una distribución inexistente pasando a emitirse de tapadillo por la tele dejaron hecha polvo a la película. Pese a estar rodada con torpeza, acaba siendo un título simpático por la presencia de Caroline Munro y Howard Vernon, el efectivo maquillaje gracias al cual Naschy repasa a todos los monstruos clásicos, diálogos “whatthefuck” pronunciados en su mayoría por Naschy encarnando al malvado Héctor Doriani, la aparición de “Leatherface” en un sueño de la Munro, los guiños (más bien torpones) al slasher ochentero, el “homenaje” a La Profecía en su final y la evidente sinceridad con la que Naschy abordó la película aún con todo en contra.


CALÍGULA (Fotografía principal de Tinto Brass, escenas adicionales de Bob Guccione y Giancarlo Lui, 1979) Uno de los films-escándalos más célebres de la historia, con un rodaje caótico y una accidentada postproducción donde Tinto Brass, de profesión sus culos, fue despedido por el productor y dueño de Penthouse Bob Guccione, quien añadió de su propia cosecha insertos porno y una escena lésbica entre dos de sus chicas de portada. Reparto de lujo y una dirección artística y vestuario de Danilo Donati impresionante (aunque muchas de sus ideas quedaron en el limbo por peleas con Brass) para un show gore (partos reales incluidos) y porno montado desastrosamente y con un McDowell deliciosamente pasadísimo de rosca. Dos horas y media largas de purito eurotrash que acaban saturando, pero que tiene sus momentos bellos y todo: El uso de las piezas clásicas de Prokofiev y Khachaturian, algunos planos opulentos o Calígula sosteniendo en sus brazos el cadáver de Drusilla (Teresa Ann Savoy). Todo un guilty pleasure poco recomendable para delicados de estómago.

SALÓN KITTY (Tinto Brass, 1976)  El pistoletazo de salida a la carrera de Tinto Brass como erotómano de pro y al subgénero de la naziexploitation, junto con Portero de Noche y las andanzas de la “loba” Ilsa. Inspirándose en un historia real, tomando prestado de La Caída de los Dioses de Visconti a la pareja protagonista (Helmut Berger e Ingrid Thulin) y con el diseñador de producción Ken Adam recreando convincentemente la Alemania nazi, Brass rueda una cinta en líneas generales no del todo perfecta (demasiados numeritos musicales y desnudeces que ralentizan la trama), pero con sus momentos a recordar: El casting para reclutar prostitutas 100% entregadas a la causa donde tendrán que participar en una orgía con miembros de las SS y, posteriormente, hacer el amor con enanos, judíos, personas de etnia gitana y deformes; El Triunfo de la Voluntad de Leni Riefehnstal proyectada en el torso de una de las chicas; La belleza de Teresa Ann Savoy; ciertas composiciones visuales de un Brass que empezaba a aficionarse al uso de espejos para las escenas eróticas y la convincente actuación de un Berger arribista. Busquen un cameo del “Presidente” del Saló de Pasolini (otro clásico de las "películas-escándalo" de arte y ensayo) como cliente pasándoselo en grande con un número musical.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Louise Brooks: Lulu on the Tightrope (2): Pandora desencadenada


G.W. Pabst está desesperado en su oficina en Berlín. Había hecho un montón de pruebas a actrices alemanas y hasta cogió a chicas de la calle para ver si encontraba a la protagonista adecuada. Pero no había manera de encontrar a su Lulú en la adaptación cinematográfica de la obra de Franz Wedekind que estaba preparando. Todo un desafío al que tenía que encontrar la manera de salir victorioso ante un público alemán que tenía al personaje como una heroína trágica nacional. Todo parece indicar que acabará dando el papel a una actriz llamada Marlene Dietrich, pero no acaba de estar convencido al considerar a la actriz alemana demasiado mayor para el papel (25 años) y que no estará a la altura de las circunstancias que requiere el personaje. Así que espera en su oficina la llegada de un telegrama. Pabst había visto una película llamada Una Mujer en Cada Puerto (A Girl on Every Port, Howard Hawks, 1928) y había quedado impresionado con la joven actriz que interpretaba a la artista de circo y femme fatale que pone a prueba la amistad de dos marineros. Evidentemente, se trataba de Louise Brooks. Brooksie estaba descontenta con el sueldo que percibía de su estudio Paramount y de Hollywood en general. Deseaba cambiar de aires. Así que abandonó la Paramount y fue justo cuando se enteró de la oferta que le hacían desde Alemania. Viajó al país para reunirse con Pabst y pronto firmó el contrato. Habemus Lulú. Pero el anuncio de que una "extranjera" interpretaría al personaje no fue bien tomado por el público y comenzaron las primeras protestas antes de que comenzase el rodaje. Empezando por las de la propia Marlene Dietrich.

El director y su musa
El rodaje da comienzo en los estudios Nero Film y pronto comienzan los problemas, que venían de una misma fuente: Brooks. La diva se trae a George Preston Marshall de Estados Unidos y ambos se lanzan a explorar los cabarets y nightclubs más selectos de Berlín, llevando de "recuerdo" al set de rodaje unas considerables cogorzas y resacas que ponen de los nervios al director. Una semana después del inicio del rodaje, Marshall se va para alegría de Pabst, quien exige a la estrella más profesionalidad al tiempo que restringe más sus salidas nocturnas. No acabaron los problemas con la americana, puesto que el actor Frtiz Kortner acabó siendo "víctima" de Lulú/Brooks tanto en la propia película como en la vida real: Kortner se quejaba de que Brooks no era una actriz "seria", amén de que ponía sus nervios a prueba. Pabst pasaba su tiempo libre intentando consolar a su actor. Cuando tocaba rodar una escena en la que el personaje de Kortner debía sujetar y zarandear fuertemente a Brooks, éste se entregó a su interpretación con un "realismo" digno del método Stanislavsky al dejar las diez marcas de sus dedos en los brazos de Louise. Para "aliviar tensiones", Pabst organizó una orgía para el equipo de rodaje en el Hotel Eden con chicas del cuerpo de baile Tiller Girls de Londres. Sin sexo, alcohol ni nocturnidades con las que ocupar su tiempo libre, Brooks se dedica a leer a sus autores favoritos. Contaba la historiadora de cine Lötte Eisner que cuando visitó el set de La Caja de Pandora, se sorprendió al ver a Louise leyendo a Schöpenhauer...y aun más al comprobar que no se trataba de ninguna pose para hacerse la intelectual, sino que comprendía y admiraba la obra del filósofo. Ahí se dio cuenta de que Brooks era una persona culta, muy diferente del resto de sus contemporáneas fueran actrices o no.


La Caja de Pandora se estrena el 30 de Enero de 1929 en Berlín. El público no la apreció y se consideró un fracaso. Idéntica reacción se produjo en Estados Unidos. En Francia llegó a estrenarse en con un montaje muy alterado que cambiaba el final original donde Lulú moría a manos de Jack el Destripador por otro más "optimista" donde no había ni rastro del asesino y donde Lulú acababa en el Ejército de Salvación. Pocos entendieron la película y tendrían que pasar muchos años para que pudiera ser apreciada como el súmmun de las carreras de Pabst y Brooks. Demasiado adelantada para su época en su acercamiento a la sexualidad y la psicología femenina, La Caja de Pandora prácticamente no tendría razón de ser sin Louise Brooks, asociada/confundida con el personaje libertino, deshinibido, inconsciente e inocente que interpreta. Una Lulú/mantis que lleva inconscientemente a la ruina moral y a la perdición de cuanto hombre se cruza en su camino y que hipnotiza al espectador por muchos años que hayan pasado desde la realización de la película, en la que se abrió "la caja de Pandora" de la sexualidad abierta, la prostitución, el libertinaje y el lesbianismo.

Hay una escena que brilla con luz propia: La de la seducción de Schön en el backstage de la revista musical que protagoniza Lulú. Brooks pasa de hacer pataletas con tal de retener su amor a acabar besando a Schön justo cuando aparece por allí la prometida de Schön e hija de un ministro. Schön no tendrá más remedio que casarse con Lulú. El rostro alegre y expresión de victoria que muestra Lulú es cine de 100 kilates. Pero no solo Brooks destacaba: La aparición de la primera mujer lesbiana descrita en una pantalla en el impagable banquete de bodas, la muerte accidental de Schön, las dos huidas del juicio y del barco-casino donde Lulú está a punto de ser vendida al burdel de un egipcio y el tramo final en un Londres navideño neblinoso, con guiños al expresionismo alemán y en donde Lulú acabará siendo víctima de su mentalidad a manos de un Jack the Ripper mano ejecutora del destino acaban siendo merecedores de figurar en una antología del cine en general y de los años 20 en particular.

A pesar del fracaso, Pabst y Brooks continuaron su colaboración con otra película. Pero de eso, amén de otra aventura europea de Brooks, hablaremos en el próximo post dedicado a Brooksie.

lunes, 12 de septiembre de 2011

LA SEMANA MÁS LARGA (5-11/9)


FLIPADO SOBRE RUEDAS (Hot Rod, Akiva Schaffer, 2007) debut en el cine de la estrella de videos humorísticos interneteros que llamaron la atención del Saturday Night Live Adam Samberg y fracaso absoluto en su estreno, frustrando así una posible carrera cinematográfica. Entre los films de Buster Keaton y Jackass, esta historia de chaval empeñado en ser especialista en acrobacias peligrosas con la moto y que necesita 50.000 $ para pagar una operación de corazón a su padrastro y así poder vencerle en una pelea para conseguir su respeto. Sus amigos y el objeto de sus deseos (Isla Fisher) le intentarán ayudar, con mamá (Sissy Spacek) deambulando por ahí y manteniendo oculto el secreto de su padre, en teoría muerto al intentar hacer una acrobacia fallida. La calidad de los gags va variando y la inevitable moralina y "ternura" acaba apareciendo, pero momentos antológicos como el bailecito Footloosero y posterior caída inacabable por la montaña o el protagonista y amigos liderando una marcha de un grupo de habitantes del pueblo donde viven al ritmo de The Voice de John Farham que acaba como el rosario de la aurora acaban declinando la balanza a su favor. 80 minutos con profusión de temas de los 70 y 80 (sobre todo de los Europe de Joey Tempest) para un guión escrito por una de las cabezas pensantes de South Park (Pam Brady) que debía protagonizar en un principio Will Ferrell, experto en interpretar lo que por aquellos lares llaman Man-Childs.


ADIÓS SABATA (Indio Black, sai che ti dico: Sei un gran figlio di..., Gianfranco Parolini, 1971) Segunda parte, aunque solo en nombre, de la trilogía de Sabata, aunque con Yul Brynner sustituyendo a Lee Van Cleef. Originalmente se iba a llamar Indio Black como ven en este poster primerizo, pero se cree que por razones comerciales el director Giafranco Parolini (con el pseudónimo Frank Kramer) decidió rebautizar al personaje como Sabata. El calvo protagonista se va a por oro para ayudar a la revolución mexicana rodeado de una troupe donde caben un ladrón (interpretado por Dean Reed, el Elvis Rojo y “vida ejemplar” de aúpa cuyo mayor recurso interpretativo consiste en mostrar su “sonrisa Profidén”), Septiembre (Sal Borgese), que tira balas con el pie cual David Barral y Gitano (Joseph P. Persaud), que baila el “flamenco de la muerte” antes de que el líder Escudo (Ignazio Spalla) se cargue a alguien. Las escenas de acción son dinámicas y bien orquestadas por un Parolini que se lo pasó bomba rodándolas, amén de contar con una dirección dinámica en sus momentos más entusiastas (ojo al determinado momento en que la cámara empieza a dar vueltas como una lavadora), pero la historia en líneas generales es sosa y el interés decae mucho cuando no hay tiros y gente cayendo desde las alturas. Producción del prestigioso Alberto Grimaldi, música de Bruno Nicolai y homenaje inevitable a Leone con el plano final de uno de los personajes gritando “eres un hijo de…”.

GIVE'EM HELL MALONE (Russell Mulcahy, 2009) Homenaje al cine noir y las novelas pulp de los años 40 con las miras también puestas en Sin City dirigido por el director de la mejor película de jabalíes gigantes asesinos de la historia del cine (Razorback), Russell Mulcahy, sin su querido Christopher Lambert en el reparto pero con el hermano gemelo de éste, Thomas Jane. Tras empezar con un tiroteo espectacular y poco recomendable para quienes se mareen con la sangre, uno empieza a hacerse ilusiones con la cinta pero a partir de ahí comienza la cuesta abajo en interés, personajes y buenos momentos. Se salvan un Jane acertado y voluntarioso como tipo duro, el siempre estupendo Ving Rhames como mala bestia, los villanos Matchstick (Doug Hutchinsom) y Mauler (Chris Yen), pirómano “quemado” y prostituta que secciona miembros viriles con una cuchilla mientras realiza un blow job (¡ouch!) respectivamente y el gore de la acción, atípico de un directo a DVD de estas características. Mulcahy de paso homenajea a La Dama de Shanghai con la escena de los espejos como ya hiciera en su reivindicable La Sombra, otro homenaje a tiempos y géneros lejanos en el tiempo que, con sus carencias, era infinitamente superior a esta película. Qué lejos empiezan a quedar los tiempos no ya de Razorback y Highlander, sino de Ricochet y, sí, Resurrección.


YO SOY LA REVOLUCIÓN (El Chuncho, Quien Sabe?, Damiano Damiani, 1966) Un spaghetti western de izquierdas ambientado en la revolución mexicana. El comunista Damiano Damiani la dirigió y el guionista de La Batalla de Argel y Queimada Franco Solinas escribió la historia de un misterioso yanki (Lou Castel) que se une a una banda de revolucionarios liderada por Chuncho (Gian María Volonté) que se dedican a robar armas para la causa. El mensaje no llega mediante discursos plomizos, sino con tiros y explosiones bien rodados con un Volonté pasándoselo en grande, Martine Bestwick como la única fémina del gang y el gran Klaus Kinski como el hermano religioso de éste repartiendo “bendiciones” a granadazos y robando todas las escenas en las que sale, menos de las deseables (aunque me imagino por qué). Posible subtexto homosexual en la relación entre Chuncho y el yanki, banda sonora de Luis Enrique Bacalov supervisada por Morricone y una de las mejores frases finales de la historia del género: ¡No compres pan con ese dinero, hombre! ¡Compra dinamita!.


DESBOCADO (Rampage, William Friedkin, 1987) Probablemente el título más olvidado de su director, con continuos enfrentamientos entre William Friedkin y Dino de Laurentiis durante el rodaje ("Era un hombre muy arrogante y a mi la arrogancia no me gusta", Dino dixit) y con problemas de distribución en USA debido a la bancarrota del productor. Tardó cinco años en estrenarse, bajo la bandera de Miramax y con escenas adicionales y un nuevo final por deseo del director. Inspirándose en las tristes “hazañas” del “vampiro de Sacramento” Richard Chase, Friedkin divide la cinta en dos partes diferenciadas: La primera mitad está dedicada a los asesinatos y detención de Charles Reece (Alex McArthur), que mutila salvajemente a sus víctimas para después beber su sangre; la segunda mitad es puro cine de juicios, donde se debate si Reece está mentalmente sano para poder aplicarle la pena de muerte. Lo mejor de la cinta está concentrado en la primera mitad, con la imaginería de Friedkin para crear imágenes potentes funcionando a pleno rendimiento (las secuencias oníricas de Reece ensangrentado delante del tigre enjaulado, la entrada a la guarida de Reece con flashes de luces e imágenes macabras de miembros amputados y banderas nazis). La parte de juicios, aunque verdadero motor de la película, resulta más rutinariamente rodada exceptuando el “momento reloj” (y hasta ahí puedo contar). Buen reparto, con McArthur creíble como asesino que pasa perfectamente como persona normal y un excelente Michael Biehn como fiscal “con pasado” inicialmente contrario a la pena de muerte que va cambiando sus creencias a medida que transcurre el metraje. Nada es fácil en el mundo de Friedkin y este film no es la excepción: Abstenerse “nengs”, espectadores pasivos que lo quieran todo masticado y “señoras que” fácilmente impresionables con el gore. Música de Ennio Morricone y agradecida presencia de Deborah Van Valkenburgh, la chica de The Warriors, como esposa de Biehn.


PAULA-PAULA (Jesús Franco, 2010) Más que “una experiencia audiovisual”, una soberana paliza rodada en un par de habitaciones con el equipo técnico mínimo, dos actrices lesbianas (Carmen Montes y Paula Davis), un mirón que pasa por allí y una breve aparición de Lina Romay e inspirada en Jekyll y Hyde (o así) y en la magistral música jazz que los herederos de Friederich Gulda cedieron a Jess Franco. Jugando con la iluminación, efectos de cámara, imágenes distorsionadas y demás, lo mejor que se puede decir es que la banda sonora es una delicia (ojalá se edite en CD). El resto resulta un aburrido show lésbico que pone a prueba a los franquianos más curtidos en mil batallas y que tiene con su momento culmen en un polvo al ralentí de unos 20 minutos de duración. La culminación de Jess Franco de poder hacer un cine libre de ataduras. Para valientes. Y por una parte comprendo a los que la defienden.


domingo, 4 de septiembre de 2011

Peor Imposible XIII Edición (Traca final: "Gymkata", "Zombie Nosh" y última película sorpresa)


El ciclo Peor Imposible ha llegado ya a su inevitable fin. No he podido asistir a la proyección matutina de Wicked City ni al comienzo de la maratón con Cumpleaños Mortal de J. Lee Thompson. Sí que pude recuperar vía Youtube los dos últimos capítulos de El Capitán Marvel ("¡SHAZAM!"), entrañable serial de la Republic con Tom Tyler marcando paquete en sus luchas contra el Escorpión. También estuve en la mesa redonda sobre el exploitation, con la presencia entre el público del director de fotografía Raúl Artigot. Vamos sin dilación a las tres últimas películas:

GYMKATA (Robert Clouse, 1985) Purito producto de videoclub ochentero considerado "de culto" allende los mares. Una Metro Goldwyn Mayer desesperada por un éxito de taquilla en los 80 dio luz verde a este producto protagonizado por el campeón de gimnasia Kurt Thomas en el que se mezclaron los mundos de la gimnasia y las artes marciales para una historia propia de los años más duros del Reaganismo: Los Estados Unidos desean establecerse en el país de Parmistán para tener bases para el famoso programa "Star Wars" y deben competir en un juego mortal que consiste básicamente en una carrera de obstáculos. Nada mejor que mandar a nuestro gimnasta a repartir estopa contra los villanos árabes liderados por un Richard Norton habitual del cine de artes marciales. Un Robert Clouse lejanos ya sus tiempos de gloria con Operación Dragón y del que servidor recuerda la impresión que de crío le produjo su Nueva York Año 2012 rueda esta espesito y ocasionalmente tronchante título donde lo más destacable es una conversación "consigo mismo" que mantiene el protagonista a base de piruetas de un lado para otro, las peleas donde comprobamos por qué Kurt Thomas ganó multitud de campeonatos pero no de artes marciales precisamente y un por aquel entonces convencido y visto hoy en día "entrañable" patriotismo USA. Qué pena que no la produjeran Menahem Golan y Yoram Globus para darle mayor desvergüenza al asunto.

ZOMBIE NOSH (S. William Hinzman, 1988) Otro producto de videoclub hecho directamente para VHS. William Hinzman era el primer zombie que salía en la seminal La Noche de los Muertos Vivientes. Y de eso ha vivido prácticamente el resto de su vida, interpretando a zombies en todas aquellas películas baratas que querían "guiñar el ojo" al bueno de Romero y su saga. Convenciones de fanboys y documentales varios donde se analiza el fenómeno zombie son sus actividades habituales hoy en día. Con esa histórica credencial debió presentarse en la primera productora de directs-to-video costrosa que encontró y encontró la escasa financiación que necesitaba para dirigir su propia película de zombies. Lo de siempre: un zombie que revive en el bosque, muerde al infeliz que lo encuentra y a partir de ahí a comerse a bocados a los jovencitos estultos que se les pongan a tiro. Una pareja intentará huir del ataque. Sin mayores pretensiones y si perdonamos el estiramiento del metraje para poder llegar a los 90 minutos de rigor, su previsibilidad y la falta de sustos, un título tirando a aceptable para fans del género y en donde quienes hayamos visto el título de Romero podemos entretenernos en contar los saqueos a su obra: Gente refugiándose en una casa y clavando tablones de madera a puertas y ventanas, rednecks a escopetazos con los muertos vivientes y trágico final a balazos de los protagonistas.


HOBO WITH A SHOTGUN (Jason Eisener, 2011) La última película del ciclo y sorpresa final. Esta vez un homenaje a aquellos productos de videoclub ochentero con la mirada puesta en las películas de "vigilantes". La mayoría ya sabrán su origen: Concurso de trailers falsos que Robert Rodriguez y Quentin Tarantino celebran para promocionar su Grindhouse y el justo ganador es el de Hobo with a Shotgun. Pocos años más tarde, unos productores convencen al ganador de convertir en película su falso trailer con un bajo presupuesto y el protagonismo de Rutger Hauer. Fracaso en taquilla, pero culto asegurado por su premisa de vagabundo que llega a una ciudad (Fuck City) asediada por el crimen y que acabará impartiendo justicia a escopetazo limpio. Sin ahorrar salsa de tomate ni momentos de puro gore, un título entretenido con apenas 90 minutos que pasan volando y que brinda a Hauer una entusiasmada interpretación y un impagable monólogo viendo a unos bebés en el hospital sobre lo que será de ellos en un futuro. No apto para estómagos sensibles ni mentes políticamente correctas, el mejor momento curiosamente no viene de ninguna muerte brutal (decapitaciones, voladuras de "miembros viriles", piñatas humanas, cabezas descerrajadas a tiros), sino del titular de un periódico mientras el homeless "apatrulla" las calles: "Vagabundo deja de pedir. Pide cambio".

Después de seis días de festival, volvemos a la cruda realidad, más cutre que una película de Bruno Mattei pero infinitamente menos divertida. Una realidad donde los villanos no son los mad doctors y sus esbirros, no son los zombies, ni los "templarios", ni se llaman Gaos, ni "Lupas Mannaras", ni "escorpiones", ni las brujas, ni las momias ni Drácula, sino que se llaman "paro", "corrupción", "crisis" y "delincuencia", entre otros "villanos" que quieran añadir. Y me temo que ni Santo, ni Blue Demon, ni Gamera, ni el exorcista, ni Billy el Niño, ni Red Eagle, ni el vagabundo de la escopeta ni el Capitán Marvel estarán ahí para ayudarnos. Un final de post y de crónicas quizás demasiado apocalíptico, por lo que prefiero quedarme con las sabias palabras de Blue Demon oídas el Jueves: "El mal nunca triunfará sobre el bien".

Ojalá pueda seguirles narrando lo sucedido en el Peor Imposible del año que viene. Gracias a Chus Parrado por el festival y gracias a ustedes por el éxito en visitas de los posts. Esto es todo, amigos. Shazam.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Peor Imposible XIII Edición (Día 5: "Frankenstein's Castle of Freaks", "La Lupa Mannara" y "Drácula en Pakistán")


Nos estamos acercando al final del "Peor Imposible" y lo que parecía ser el día más psicotrónico acabó en media decepción por dos de las películas, compensado por la segunda cinta y la mesa redonda. Lleno prácticamente absoluto en la excelente mesa redonda con Javier G. Romero y Tomás Fernández Valentí y para la última sesión. Donde ya no estaba tan lleno era para la primera película. Cómo envidiamos los que estuvimos padeciendo lo que sigue a los que estaban fuera...
FRANKENSTEIN'S CASTLE OF FREAKS (Terror! Il castello delle donne maledette, Dick Randall, 1974) Con el pseudónimo de Robert H. Oliver, el director Dick Randall dirige (o eso piensa él) un bodrio amorfo y prácticamente carente de argumento. Algo no necesariamente malo si al menos hubiera imprimido algo de parodia autoconsciente a este caos con el buen doctor, su ayudante enano que acaba siendo la "estrella" de la película, la hija del doctor, su novio y una amiga (el despelote femenino está así asegurado) y un neandertal que pasa por allí (nombre artístico del actor que lo interpreta: Boris Lugosi. Je, je, je). Momento glorioso: el enano y el neandertal raptan a una chica y el acondroplásico le enseña al cavernícola "los placeres de la vida" mientras procede a toquetear y quitar la ropa a la fémina. Un desastre. No es opinión. Es afirmación.


LA LUPA MANNARA (Rino di Silvestro, 1976) Por el título y el poster parece que nos vamos a encontrar con el enésimo exploit de hombres (mujeres en este caso) lobo, pero eso sólo ocurre al principio en una secuencia en la que la trastornada protagonista sueña con un hecho acaecido 200 años antes de la acción principal, donde la vemos bailar desnuda de noche y a la luz de la Luna y la vemos transformarse en Mujer-Lobo para ser ajusticiada por pueblerinos. Creyéndose una Mujer Lobo por lo ocurrido 200 años atrás con una mujer de extraordinario parecido y por hechos escabrosos del pasado (una violación cuando era niña), nuestra protagonista (Annik Borel) se lanza a una locura homicida en un delirante título que "toma prestado" de los géneros de mayor moda en aquel entonces, terror aparte: Las películas de "exorcismos" (secuencia con la "lupa" atada a una cama y diciendo obscenidades), el softcore lésbico (la maníaca sexual que toquetea y acabará sacando a su pesar a la "lupa" del hospital) y, sobre todo, las películas de "violación y venganza" (justo cuando parece que la "lupa" será feliz al lado de un stuntmen del que se enamora, vienen tres malnacidos y matan al novio y la violan. Habrá venganza). Gore, agradecidos desnudos de la protagonista, escenas de amor de vergüenza ajena, diálogos tronchantes ("es un caso de sexofobia") y una entusiasmada y entregada actuación de la Borel servido todo ello por Rino di Silvestro, especialista en exploits varios. Carlo Rambaldi colaboró en los efectos gore, la película fue mutiladísima en su estreno en USA y Quentin Tarantino la adora.


DRÁCULA EN PAKISTÁN (Zinda laash, Khwaja Sarfraz, 1967) Sobre el papel, la primera película de terror rodada en Pakistán prometía una divertida sesión, pero nada más lejos de la realidad. Más o menos siguiendo la novela de Stoker y las películas de la Universal y la Hammer adaptándolas al folklore pakistaní, este título acaba siendo más bien pesado y espeso. Sin embargo pueden destacarse algunos aspectos para recomendar su visionado aunque sea como curiosidad y para poder decir que uno vio la primera película pakistaní de vampiros: El Conde es originalmente un científico a lo Jekyll que tras ingerir una de sus pócimas para buscar el elixir de la eterna juventud se transforma en chupasangre; los interminables números musicales están a la orden del día estirando metraje y la banda sonora está compuesta, entre otras composiciones, por "El Barbero de Sevilla", "Granada, tierra soñada por mí" o "La Cucaracha" (lo juro) y un duelo final a puñetazo limpio que casi merece verse por sí solo, sin necesidad de ver los 90 minutos anteriores. Para curiosos y completistas del personaje.

Hoy es el último día. No acudiré a la sesión matutina (ya acabó mientras escribo esto) en la que se puso la producción de Tsui Hark Wicked City ni a la primera sesión, con el último capítulo de El Capitán Marvel ("¡SHAZAM!") y Cumpleaños Mortal de J. Lee Thompson. Sí que estaré con Gymkata, Zombie Nosh, la mesa redonda dedicada a la exploitation y a la última película, que será sorpresa.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Peor Imposible XIII Edición (Día 4: "Santo y Blue Demon Contra los Monstruos", "La Endemoniada" y película sorpresa)


Otro día más de festival con presencia infantil habitual cada vez que se proyectan kaiju-eigas (películas de monstruos japoneses como Godzilla o Gamera) o de luchadores mexicanos. Hay que reseñar los llenos prácticamente absolutos a la segunda sesión y a la película sorpresa. Una ambiente como siempre agradable, donde el público puede reírse sin parar con peligro de tener problemas respiratorios. O eso pudimos comprobar los asistentes a la primera sesión...

SANTO Y BLUE DEMON CONTRA LOS MONSTRUOS (Gilberto Martínez Solares, 1970) Presencia habitual todos los años en el ciclo, Santo y Blue Demon no podían faltar este año. Esta vez el mad doctor de turno resucita de entre los muertos con la ayuda de sus esbirros y resucita a monstruos tan famosos como Drácula, el Hombre-Lobo, el Cíclope, la Momia o "Franquestain" (no es errata, no; así sale acreditado en los impagables créditos iniciales), entre otros. Huelga decir que los disfraces de los monstruos se compraron en los "todo a un peso" más selectos de México D.F. También hay que destacar que la continuidad entre escenas brilla por su ausencia: se pasa alegremente de escenas nocturnas a diurnas, pudiendo verse perfectamente cielos rasos. Pero esto que comento no es necesariamente malo ni mucho menos: La cinta es muy disfrutable con sus carencias que dan un toque "entrañable" al producto, que está lleno de peleas del Santo contra los monstruos y contra un Blue Demon controlado por el villano. Esta vez no se rellena metraje con peleas sobre el ring, sino con un número musical a lo Gene Kelly/Stanley Donen. De los títulos más divertidos y psicotrónicos de los añorados luchadores...que fieles a la tradición no se quitan sus máscaras ni cuando salen a la calle ni cuando están en sus casas.


LA ENDEMONIADA (Amando de Ossorio, 1975) Muchos fueron los exploits de El Exorcista que se rodaron poco después del clásico de William Friedkin, sobre todo en Italia, patria de los plagios hechos con bajo presupuesto, desvergüenza y alegría. España no se quedó al margen ni mucho menos. El plagio más conocido quizás sea Exorcismo (1974), rodada por Juan Bosch con un Paul Naschy que juraba y perjuraba que escribió su guión mucho antes de tener noticia del título de Friedkin. El otro más conocido entre quienes gusten de explorar lo que se llamó el "fantaterror hispano" es la película que nos ocupa, rodada por un Amando de Ossorio alejado de templarios. En una jugada cachonda, contrató para hacer de niña poseída no por el diablo sino por una bruja que sacrifica bebés a Marián Salgado...la niña que dobló a Linda Blair en el doblaje español de El Exorcista. Evidentemente, no faltan los plagios y saqueos a la cinta original, "tomando prestado" momentos como la "cabeza giratoria" (en este caso "tronco giratorio"), la niña levitando y diciendo cosas procaces, el ataque de los objetos de la habitación, el cura (Julián Mateos) con problemas de fe y "con pasado" (dejó a su novia para hacerse sacerdote y ésta, despechada, se convierte en prostituta), la "caída por la ventana", en esta ocasión protagonizada por la bruja malvada y el que la madre (Lone Fleming) tenga que recurrir a la iglesia allí donde los médicos no pueden hacer nada. Sacrificios de bebés, una "impagable" castración al amante de la madre de la niña, diálogos besugos y humor involuntario para un titulo mal considerado por muchos, pero con su encanto. Como vengo diciendo últimamente, "disfrutable con el estado de ánimo adecuado". Por cierto, quien quiera saber qué opina Marián Salgado de la película, de Ossorio, de su participación en Quién Puede Matar a un Niño, de Chicho y alguna anécdota del doblaje de El Exorcista, clic aquí.


RED EAGLE (Wisit Sasanatieng, 2010) La película sorpresa. Red Eagle (no lo escribo en castellano para que no haya confusiones con cierto personaje televisivo patrio) era un personaje popular del cine thailandés de los años 60 cuya saga de películas concluyó con la muerte en accidente de helicóptero de su actor protagonista (Mitr Chaibancha) durante el rodaje de su última película. El año pasado se decidió resucitar al personaje con todos los medios del cine actual y cambiando algunos aspectos, por ejemplo, si en los años 60 el personaje era alcohólico, aquí es un adicto a la morfina y "héroe con pasado". También se trata el tema de los políticos corruptos e hipócritas, a los que el héroe se dedica a hacer picadillo. En principio todo prometedor, pero al acabar la película uno no tarda en localizar dos de los defectos que más teme en el cine. A saber: Un exceso de metraje (130 minutos) donde una poda de unos 30 o 40 minutos era necesaria y, lo que es peor, peleas montadas con planos muy cortos y montaje demasiado trepidante de la escuela MTV/ Nolanera que malogran en parte los duelos entre Red Eagle y su némesis Diablo Negro. Y si no están malogrados del todo es por la agradecida brutalidad y ocasional sentido del humor (momento ascensor y SWATS) con que están rodados. Con todo se deja ver sin mayor esfuerzo, aunque al público le frustre ese final abierto a secuelas varias. Secuelas que me temo no veremos nunca, debido al descalabro en las taquillas thailandesas y mercado internacional del reboot en cuestión. Lo que no consiguieron accidentes ni villanos, lo logró la dictadura en muchas ocasiones cruel de la taquilla: Cargarse al héroe.

Hoy palabras mayores con la presencia de Javier G. Romero y Tomás Fernández Valentí en la prometedora mesa redonda de esta noche. Aparte del Capitán Marvel ("¡SHAZAM!"), hoy tenemos Frankenstein's Castle of Freaks, La Lupa Mannara y Drácula en Pakistán. Posiblemente el día más psicotrónico.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Peor Imposible XIII Edición (Día 3: "Vudú Sangriento", "La Puerta del Infierno" y "La Guarida del Gusano Blanco")


Al contrario que en los dos días precedentes, esta vez la asistencia de público menguó y ya se podían ver asientos libres. De todas maneras, los reunidos en la sala de proyecciones, que no somos pocos, estábamos listos para una nueva sesión de cine. Claro que con la primera película envidiamos y mucho a los que prefirieron quedarse fuera en la playa o tomando algo en las terrazas de los bares.

VUDÚ SANGRIENTO (Manuel Caño, 1974) Y es que Jesús Palacios en su guía Goremania no podía estar más acertado a la hora de calificar este engendro amomiado: "Un patético pretexto para que el equipo de la película se pagara unas vacaciones de lujo, con crucero por el Caribe incluido". El mítico secundario del spaghetti western Aldo Sambrell (D.E.P.) a lo largo de su carrera se metió en "fregados" como el que nos ocupa, protagonizando esta historia de la momia enamorada de la reencarnación de su amada. Su actuación y algunos toques gore es lo único que puede salvarse de este despropósito aburrido en líneas generales y de desarrollo torpón, escrito por el actual presidente de la SGAE mientras escribo estas líneas, Santiago Moncada. Ceremonias y bailes tribales y vudús, decapitaciones más o menos logradas y un divertido Fernando Sancho como inspector intentan revivir el asunto. Existen dos montajes: uno patrio y otro con vistas al mercado internacional. El que vimos fue este último y se puede deducir por los pseudónimos en los créditos iniciales ("Ferdinand Sancho", "S. Monkada", "Eva Lion") y las inevitables escenas de desnudos. Título internacional: Vodoo Black Exorcist. Había que mamar de la teta del gran éxito de la época.


LA PUERTA DEL INFIERNO (Le porte dell'inferno, Umberto Lenzi, 1989) Aunque el poster prometa ver a monstruos acechando a mujeres hermosas en la cama, olvídense de tan prometedora premisa: Un espeleólogo quiere batir el récord de permanencia de un hombre en una cueva. De repente, grita a sus compañeros que "quieren matarle" y, naturalmente, bajarán para ayudarle. Lo que sigue a continuación es la venganza de siete monjes maléficos que en 1289 practicaban brujerías varias. Siete siglos después (1989), a masacrar a aquellos que no sean católicos...precisamente los espeleólogos, entre los que hay protestantes y Testigos de Jehová. A un Umberto Lenzi que añoraba y mucho sus más lejanos tiempos de poliziescos setenteros y caníbales ochenteros le dieron prácticamente cuatro liras de presupuesto para que plasmase en imágenes el guión escrito por su propia mujer Olga Pehar y a la actriz Barbara Cupisti, musa de Michele Soavi. Debió pensar que, a falta de presupuesto (ojo a las explosiones dignas de las fiestas de "Valdeculete de Arriba") e historia, bueno sería abordar la cinta con sano sentido del cachondeo y gore marca de la casa, con desmembramientos gráficos de ojos, hachazos a la cabeza, arañas y apuñalamientos. Ya puestos, también debió pensar que no estaría mal homenajearse a sí mismo repitiendo la jugada del "giro final" de su mítica La Invasión de los Zombies Atómicos (1981). Chapucerilla, pero para disfrutar con el estado de ánimo adecuado.


LA GUARIDA DEL GUSANO BLANCO (The lair of the white worm, Ken Russell, 1988) Ahora los "nengs" ingleses sólo le recuerdan como participante en una edición del Gran Hermano VIP británico (sí, en serio), donde tuvo una trifulca gorda con la afamda Jade Goody, pero a la hora de hablar de Ken Russell hay que destacar un logro: Es el director británico con más números 1 en taquilla consecutivos en su país natal junto con Alfred Hitchcock. Experto en "liarla parda" entre censores, críticos, público y conservadores, la suya es sin duda una "vida ejemplar" con títulos muy recomendables como su censuradísima Los Demonios (1970), Tommy (1975), Lisztomania (1975; eso sí, sólo para muy "curtidos"), Viaje Alucinante al Fondo de la Mente (1980) y una debilidad personal: La Pasión de China Blue (1984) con un Anthony Perkins poco menos que de antología. Del cine o del disparate...eso depende del espectador. La que nos ocupa pilló al cineasta con sus días de gloria algo lejanos y algo más calmado de sus locuras y obsesiones varias, pero no por ello perdió su sentido del cachondeo a la hora de adaptar para Vestron Pictures el relato de Bram Stoker. Una reptiloide/vampiresca Amanda Donohue se dedica a escupir veneno a crucifijos y comerse el "pichulín" (ouch) de pobres boy-scouts al mismo tiempo que busca vírgenes de buen ver para sacrificar a su dios mientras un Hugh Grant mucho antes de protagonizar insufribles comedietas románticas será el encargado de emular las hazañas de un antepasado suyo partiendo a reptiles/vampiros a la mitad con su espada. Russell no renuncia a sus secuencias oníricas como el ver en sueños a soldados romanos violando monjas al tiempo que una gran serpiente amenaza a un Cristo crucificado o a Hugh Grant contemplando en sueños una pelea a bordo de un avión entre féminas al tiempo que un bolígrafo que sujeta se va "levantando" metafóricamente. Añadan encantamientos de "serpientes" a ritmo de gaita y la entusiasta actuación de Donohue y el resultado es una cinta de justo culto que bien puede servir para ir introduciendo poco a poco al espectador desconocedor de su cine a Ken Russell.

Mencionar también que antes del "Gusano Blanco" se celebró una interesante mesa redonda. Para hoy Santo y Blue Demon Contra los Monstruos, La Endemoniada y la peli sorpresa, que por las pistas dadas es una de "hostias y chinos".