La Filmoteca del Terrario

sábado, 17 de marzo de 2012

Vidas ejemplares: Timothy Carey


El avispado fan de Stanley Kubrick seguro que reconoce su cara. Efectivamente, es el francotirador de Atraco Perfecto y uno de los soldados a los que Kirk Douglas deberá salvar del pelotón de ejecución en Senderos de Gloria. Como suele ocurrir, el talento de este buen hombre no se vió reconocido hasta tiempo después de su fallecimiento, cuando fue elevado a los altares del cine underground. En su apabullante paso por Hollywood fue golpeado por Elia Kazan, su trasero fue pinchado con un bolígrafo por el mismísimo Marlon Brando y Elvis quería a toda costa ver su única película como director. Tengo el placer de presentarles a Timothy Agoglia Carey, una vida ejemplar de libro.

Este hombre sin duda hubiera sido, por su peculiar físico (1'96 metros de altura) y rostro que no se olvida fácilmente, uno de los secundarios que no hubiera tenido problemas en el Hollywood clásico de los años 50 para tener papeles de malvado...si no fuera por su "curiosa" personalidad. Él mismo reconoció que tuvo dificultades para conseguir papeles por su volátil temperamento, lo que llevó al director Laszlo Benedek, que lo contrató para un papelito de malo en aquel excelente vehículo para lucimiento del Brando más chulo de título Salvaje a no querer que Carey se subiera encima de una moto, por miedo a que se le ocurriese atropellar a quien se pusiera por delante de su camino. Fue idea de Carey el que su personaje echara cerveza a la cara de Brando, lo que no hizo la más mínima gracia a la estrella. Tiempo después, un por aquel entonces amigo de Brando, Elia Kazan, acabó perdiendo los estribos en el rodaje de Al Este del Edén (Carey en la película amenazaba a otro astro salido del Actor's Studio, James Dean). Harto de las perrerías de Carey, acabó dándole un sonoro bofetón en toda la cara. Richard Widmark tampoco se reprimió a la hora de sacudir a Carey en el rodaje de La Ley del Talión. En esa época, el bueno de Timothy hacía lo que podía para tener papelitos en superproducciones de los grandes estudios. Y si había que escalar los muros de la 20Th Century Fox vestido de caballero medieval para presentarse al casting de El Principe Valiente, como efectivamente hizo, se hacía. Aunque sus esfuerzos por conseguir papeles secundarios quedaban en papel mojado y, en consecuencia, tenía que ganarse el pan actuando en series B varias. Menos mal que un director neoyorkino supo ver su potencial como actor y no dudó en ficharlo para una película que estaba preparando sobre un atraco a un hipódromo.

En efecto, Atraco Perfecto fue, tanto para Carey como para Stanley Kubrick su carta de presentación a Hollywood, que el segundo sabría aprovechar bastante mejor que el primero. Kubrick quedó tan encantado con Carey que no dudó en ficharlo para su siguiente película, Senderos de Gloria, y además le ofreció el suculento papel del soldado Maurice Ferol, uno de los tres soldados sentenciados a muerte en la cinta. Por todos es sabido la fama de Kubrick de controlar todos los aspectos de la película que rodase en el momento, teniendo el equipo técnico y artístico que acatar sus órdenes sin rechistar (menos en la cinta que nos ocupa y en Espartaco, en las que quien cortaba el bacalao era su productor y estrella Kirk Douglas). Pues bien, a Kubrick le gustaba tanto Carey que le dio permiso para improvisar algunas líneas de diálogo y su actuación si lo estimaba oportuno. Sólo a él y a Peter Sellers les concedería ese privilegio. De hecho, en la escena en la que Kirk Douglas le visita cuando Ferol espera su ejecución inminente, Carey improvisó su actuación y fue tan convincente en la misma que Kirk Douglas pensaba que Carey le robaba la escena (cosa que así sucedió y cualquiera que haya visto Senderos de Gloria lo puede corroborar). Pocos años más tarde, Kubrick le llamó para interpretar papeles en Lolita y en Teléfono Rojo, pero nuestro hombre le dió calabazas. ¿El por qué? Vaya usted a saber. Quizás le apetecía ocuparse en crear y distribuir su primera (y última) película como director, productor, actor, guionista y distribuidor.

Armado con 100.000 dólares, un casting en general formado por actores amateurs, la colaboración en la banda sonora de un joven guitarrista que atendía por nombre Frank Zappa y una de las ideas más alucinantes jamás plasmadas en celuloide, desde 1956 a 1962, Carey trabajó intermitentemente en su magnum opus The World's Greatest Sinner, una cinta virtualmente desconocida por estos lares pero reverenciada en USA por circuitos cinéfilos muy minoritarios y especialistas en el cinema bis. Dar una sinopsis de la película resulta muy complicado, pero básicamente consiste en un vendedor de seguros de nombre Clarence Hilliard que, aburrido de su vida, decide que él es Dios, cambiándose su nombre por el de God Hilliard (cual Homer Simpson cuando decidió llamarse Max Power), arengando a los jóvenes a unirse a él a través de un grupo de rock liderado por él mismo y siendo utilizado por un oscuro partido político. The World's Greatest Sinner es, de verdad, una pieza indispensable para todo aquel que busque rarezas del cine, uno de esos pequeños "tesoros" de cuya existencia solo conocemos unos pocos y que, lo considere uno una obra maestra o un supino bodrio, no lo acabará olvidando fácilmente.

Como puede uno imaginarse, a Carey le costó lo suyo encontrar algún distribuidor que se mostrase interesado en The World´s... por lo que no tuvo más remedio que distribuir la película él sólo. La noche de su estreno en un cine de Los Angeles, para tener una buena publicidad para la película, Carey disparó dentro de la sala su pistola al techo, provocando la histeria colectiva entre el público, lo que sirvió para acrecentar aún más su aureola de persona de carácter "complicadillo" en Hollywood. La crítica se mostró dividida en sus apreciaciones sobre la cinta, el público la ignoró y The World´s... se fue a las catacumbas del cine a la espera de que alguien la rescatase del olvido. Por cierto, la Pelvis tenía muchas ganas de ver esta película, pero se quedó con ellas. A partir de ahí, Carey siguió alternando trabajos en el cine de bajo presupuesto duante los 60 para intentar llevar adelante nuevos proyectos como director. Pero The World´s... sería su única aventura tras las cámaras. La falta de financiación fue principalmente el talón de Aquiles de nuestro hombre, que vería más de una película inacabada. Eso, unido a que en Hollywood apenas querían saber nada de él, sobre todo después de que en el rodaje de El Rostro Impenetrable lograse cabrear a Karl Malden y a Marlon Brando, hasta el extremo que Brando (quizás teniendo en mente lo de la cerveza en Salvaje) le "apuñalaría" con un bolígrafo en salva sea la culona parte. La única figura relevante que se acordaba de él para darle papeles en sus películas fue su íntimo amigo John Cassavetes (Carey dió un sentido discurso en el funeral de éste a finales de los 80), quien le ofreció papeles suculentos en Minnie & Moskovitz y The Killing of a Chinese Bookie.

Constantes apariciones en series como Kung Fu, El Virginiano o Los Ángeles de Charlie, más papeles en cine de bajo presupuesto, el rechazar papeles en los dos primeros Padrinos para ocuparse de sus propios proyectos (Aun así Coppola se acordaría de él para un papelito en La Conversación) y actuaciones variadas en teatro le mantuvieron ocupado hasta principios de los 90, donde estuvo a punto de "resucitar" para el cine con otra película de atracos con la estructura narrativa desordenada. En efecto, el mismísimo Tarantino pensó en él para interpretar al jefe de los Reservoir Dogs, pero a pesar de que Carey deseaba hacer el papel, a Tarantino le contaron que el actor estaba "como una cabra" y puso a Lawrence Tierney en su lugar. Ésta es la versión oficial. La extraoficial la contó el propio Carey en una entrevista poco antes de fallecer en 1994. Según Timothy, Tarantino estaba entusiasmado con tenerlo en el reparto y se lo presentó a Harvey Keitel, quien lo admiraba como actor y le dió un largo discurso sobre lo grande que fue.Tras una larga perorata, Carey se limitó a decirle "gracias", cosa que no sentó nada bien a Keitel (co-productor de la película), quien pensó que Timothy era un desagradecido y, por rencor, vetó su presencia en el reparto de Reservoir Dogs. Eso sí, en los créditos finales, Quentin se acordó de Carey poniéndolo en los agradecimientos.


Posiblemente, si hubiera querido, Timothy Carey sería más famoso y no hubiera tenido dificultades para hacer sus películas.Pero al menos hizo aquello que le apetecía hacer, y además era un tipo realmente original. Y eso basta para su entrada en el "hall of fame" del Terrario.Y ahora, les conmino a que traten de conseguir The World´s Greatest Sinner y disfruten de su delirante imaginación. O visiten el estupendo blog dedicado a su vida, obra y milagros The Timothy Carey Experience.



Este artículo fue originalmente publicado en la anterior versión del blog. Ha sido revisado para la ocasión.


2 comentarios:

  1. Excelente artìculo muy completo y bien escrito. Yuna làstima por Carey. En sus pequeñas intervenciones se nota que tenìa clase y estilo para actuar, resulta interesante escuchar su entonaciòn al pronunciar, como sus miradas, la forma en que habla y se mueve, realmente tenìa talento. Una làstima que no llegara a màs, porque sin duda se lo merecìa.

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    1. Muchas gracias por su comentario. Estoy de acuerdo con sus apreciaciones.

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