La Filmoteca del Terrario

jueves, 29 de marzo de 2012

Un repaso corto a la larga carrera (oficial) de Prince Rogers Nelson (1978-1984)

FOR YOU (1978) Convirtiéndose con 19 años en el productor más joven que haya fichado Warner Bros. Records (era la única compañía que se lo permitía, aunque le impusieron a Tommy Vicari, productor de Santana, para que lo vigilase) y sobrepasando el tiempo y presupuesto asignados, el de Minneapolis debuta con buena nota aunque el público no se muestra excesivamente interesado por el disco. El tono de las canciones es a veces excesivamente sacarinoso en temas como My Love is Forever o In Love, temas con los que la compañía pensaban que tenían en sus manos a un nuevo Stevie Wonder al que poder controlar pero que también mostraba un lado sátiro y libinidoso en Soft n' Wet (I got a sugarcane that i wanna lose in u/ Baby, can u stand the pain?) que le permitió asomarse tímidamente a las listas de éxitos. Otros highlights incluyen la dulce balada sobre embarazos no deseados Baby, la acústica Crazy You, el dueto consigo mismo Just as Long as We're Together o el final guitarrero con I'm Yours que ya avanzaba que Prince sería todo un "guitar hero". El fracaso del disco (en verdad algo lacio) le hizo pagar la novatada pero el de Minneapolis aprendería cómo usar el estudio de grabación, a pulir sus composiciones y a trabajar más rápido.Y a dejar de peinarse a lo Jackson 5.

PRINCE (1979) A nuestro artista negro de metro cincuenta favorito le dieron el temido ultimatum de "o apareces con un éxito o te mandamos de vuelta al Minnetonka". Naturalmente, la Warner tuvo su éxito: I Wanna Be Your Lover fue un éxito en las listas de música negra y mainstream y Prince pudo respirar tranquilo con su segundo disco, del que casi casi uno puede afirmar que constituye su verdadero debut siendo For You un simple aperitivo para calentar motores. Why You Wanna Treat Me So Bad? (con un memorable solo de guitarra), Sexy Dancer o el I Feel for You que años más tarde resucitaría la carrera de su íntima amiga Chaka Khan están hechas para triunfar al mismo tiempo que demuestran la calidad como hombre-orquesta del pequeñín. Si en el anterior disco ya asomaba la lascivia con Soft n' Wet, con el tema Bambi sobre un hombre (¿Prince?) descubriendo que su novia le engaña con otra mujer nos confirmaba lo mucho que le gustaba el mundo del sexo guarrindongo (y encima en la contraportada se le podía ver cabalgando desnudo sobre un pegaso). Como colofón una excelente balada tristona, I'ts Gonna Be Lonely. El resto del disco es pasable siendo muy generoso. Prince comenzaba a dar sus primeras actuaciones, a aparecer en televisión y a tener ideas para producir a grupos de amiguetes como Morris Day & The Time. La Warner pensaba que hizo una buena inversión en el de Minneapolis.

DIRTY MIND (1980) La cara de esos mismos ejecutivos cuando escucharon por primera vez Dirty Mind fue todo un poema. Una colección de demos grabada en el sótano de la casa de Prince en Minneapolis, influenciadas por la emergente new wave y escena punk de Los Angeles y que hablaban de sexualidad pura y dura con temas que lidiaban con el sexo oral y el incesto no parecía lo más conveniente para que formasen parte de un disco. Aún así los ejecutivos dieron luz verde al álbum y se confirmó lo que temían: Ventas escasas. Con lo que no contaban fue sería elegido en el top 10 del año en multitud de publicaciones y que con el tiempo se convertiría en la que es considerada la primera obra maestra de Prince. De clásicos como el tema que da título al disco, Do It All Night, Head o Sister ya se han escrito sobre sus virtudes y lascividad ad nauseam. De lo que no se suele hablar es que, aparte del legendario tema de desamor When You Were Mine, también había espacio para el tema triste de amor como Gotta Broken Heart Again (recomendable la versión jazzie en directo en su DVD del concierto de Las Vegas de 2002), el himno a la libertad individual y a su amada Minneapolis Uptown o el himno pacifista Partyup cortesía de su buen amigo Morris Day. 30 minutos escasos que valen por 100. Aunque comprendo que la portada pueda echarles un poquito para atrás si aún no escucharon el disco.

CONTROVERSY (1981) La misión de camelarse a la crítica ya la había logrado. Ahora quedaba convertirse en estrella, aunque antes había que perfeccionar lo que se llamaría "sonido Minneapolis" profuso en baterías electrónicas y teclados. Entendido como bisagra entre el atrevido Dirty Mind y el exitoso 1999, Controversy nos sigue ofreciendo la obsesión por el sexo del anterior disco con las más pulidas en el estudio Sexuality (cuántas verdades dice en el sermón final), el baladón épico Do Me, Baby lleno de jadeos y orgasmos en su tramo final, la futura versioneada por LaToya Jackson (¡glub!) Private Joy, el que tendría que ser todo un clásico en las salas de striptease de USA con su adictiva linea de bajo Let's Work o la oda final al onanismo que no desentonaría en el Dirty Mind Jack U Off. Pero el de Minneapolis comenzaría a hablar de temas sociales y reflexiones sobre cómo debieran ser las cosas con la reflexión sobre sí mismo y los rumores que lo rodeaban Controversy (Padre Nuestro incluido), el himno antinuclear de minuto y medio Ronnie Talk to Russia y la envuelta en una maraña de teclados Annie Christian, sobre el demonio y sucesos de candente calidad por aquel entonces (la muerte de John Lennon o los asesinatos en Atlanta de unos niños). Lástima que quedase ensandwichado y semiolvidado entre el Dirty Mind y 1999 porque es un álbum necesario no ya para amantes del de Minneapolis sino para cualquiera que eche en falta creatividad no reñida con comercialidad en estos tiempos que corren.

1999 (1982) El reinado púrpura en los 80 entró como un elefante en una cacharrería en las listas de éxitos, en conciertos y en la por aquel entonces en pañales MTV para que la música no volviera a ser la misma. Con 24 años parecía que Prince reinventase la música negra (mejor dicho: la música en general) tras explotar hasta la saciedad sus sintetizadores y cajas de ritmos para crear el primer disco pop del Siglo XXI y dejar estupefactos a puretas, dinosaurios, maestros (léase George Clinton o James Brown) y público en general. Ya sólo con los tres primeros temas le daban para ser leyenda y de paso arrasar en ventas con 1999, Little Red Corvette y Delirious, dejando así espacio para temas épicos como Let's Pretend We're Married, D.M.S.R, Automatic (¡nueve minutos!) o Lady Cab Driver. Y todavía le dió tiempo para grabar la balada sensual marca de la casa International Lover, la muy irónica All the Critics Loves U in New York y, sobre todo, un montón de outtakes que inexplicablemente no salieron a la luz oficialmente y de calidad parecida a los temas finalmente publicados en el álbum como Turn It Up, Do Yourself a Favour o el viaje lisérgico de 10 minutos Purple Music. Si alguna vez soñaron con la banda sonora ideal para un Blade Runner (1982) negro, aquí la tienen.

PURPLE RAIN(1984) Todo el mundo sabe ya que el día que fine, las dos palabras que van a aparecer al comienzo de los obituarios serán la del disco que rubricó su inmortalidad y con el que sus obras más recientes serán comparadas en debates estériles. Un Prince decidido no ya a ser estrella, sino galaxia, creó una película, gira y disco calculados al milímetro para lograr sus sanos propósitos. Lo consiguió y posiblemente con más éxito de lo que él en un principio esperaba. La mítica When Doves Cry carente de todo bajo y número 1 durante 6 semanas en USA fue sólo el aperitivo. Lo que vino después fue una obra maestra que lo hubiera sido aún más de no haber quedado reducidas en su duración original Let's Go Crazy y, sobre todo, Computer Blue. Una colección de nueve temas listos para arrasar en ventas sin renunciar a la experimentación de los que servidor destacaría, incluso por encima del justamente inmortal tema que da título al disco, The Beautiful Ones, un desgarrador lamento que merecía ser single y exitazo. Hasta las caras B como Erotic City, 17 Days o God podrían pertenecer al disco y en los dos primeros casos salir como singles. Obra maestra absoluta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario