La Filmoteca del Terrario

viernes, 30 de marzo de 2012

Un repaso corto a la larga carrera (oficial) de Prince Rogers Nelson (1985-1989)

AROUND THE WORLD IN A DAY (1985) Cuando acabas de conquistar el mundo, el público pide para lo próximo más de lo mismo. Si acaso, cambiando un poquitín los ingredientes para obtener la receta para el éxito continuado. Prince decidió hacer lo contrario. Sin prácticamente nada de promoción y sin la fanfarría que acompañó al lanzamiento de Purple Rain, el de Minneapolis se sumergió en la psicodelia más Sgt.pepperiana y espiritual sin olvidarse de la comercialidad con su Raspberry Beret que ayudó a las ventas del disco y el Pop Life dirigido a sus ex-amigos Vanity y Morris Day a propósito de los malos hábitos de vida que llevaban. Coqueteos con lo oriental en el tema homónimo, idealización de un mundo mejor en Paisley Park (futuro nombre de su estudio de grabación-santuario), balada delicada al piano en Condition of the Heart, patriotismo y comentarios sociales a ritmo de rock controlado en America, simpáticos coqueteos sexuales en Tambourine, una vuelta a los territorios del tema Purple Rain incidiendo más en el acento gospel en el The Ladder co-escrito con su padre John L. Nelson y para cerrar todo una joya de 8 minutos del blues más salvaje en Temptation, explorando la dicotomía sexo-religión sobre la que giraba buena parte de su obra. A muchos les pilló con el pie cambiado la decisión de Prince de explorar otros territorio musicales y, si bien no puede tildarse de fracaso comercial, sí que quedó semiolvidado entre tanta obra maestra de los 80.

PARADE (1986) Como la película de Purple Rain fue un exitazo y Prince estaba en disposición de hacer lo que se le antojara, decidió poner en marcha su segunda película, Under the Cherry Moon. Las cosas salieron muy mal. Centrándonos en el disco, comprobamos que el de Minneapolis no ha perdido sus ansias de innovar y experimentar tras oir los cuatro primeros cortes que van del tirón (Christopher Tracy's Parade, New Position, I Wonder U y el tema homónimo), dando comienzo casi en realidad con la adictiva Girls & Boys. Buenos singles como Mountains y Anotherloverholeinyohead dan a la Warner la tranquilidad necesaria entre veleidades como el instrumental melancólico Venus de Milo o la vodevilesca Do U Lie?, regalando para el final un clásico entre los fans: la acústica Sometimes It Snows in April, hecha en colaboración con Wendy & Lisa y que es posiblemente su tema tristón por excelencia. No me olvido de Kiss, el segundo tema que aparecerá con toda probabilidad en el titular de su futuro obituario y que dejó prestado a la banda Mazaratti hasta que se dió cuenta de lo bueno que era y les reclamó la copla en cuestión con los arreglos ya hechos por el grupo. En Europa se apreció mucho mejor la visión en blanco y negro del universo Prince en contraposición con los colorines del anterior disco y hasta allí se fue con The Revolution de gira deteriorándose irremediablemente la relación con sus escuderos y colaboradores de Around y Parade.

SIGN 'O' THE TIMES (1987) ¿Que la compañía de discos no te deja publicar tres discos y tienes problemas con la banda? Sin problema. Se despide a casi toda la banda y escoges lo mejor de cada disco para crear un doble álbum. En realidad las cosas para Prince no fueron tan sencillas como acabo de describir, pero ya había dicho que esto no iba a ser un estudio pormenorizado de su obra, ¿no? Pregunten a cualquier fan de Prince sobre cuál es su Biblia musical y les dirá con celeridad esta obra maestra donde Prince toca prácticamente todos los palos, desde trip-hop concienciado (Sign) o para divertirse (Housequake), rock evangélico a lo Hendrix (The Cross), baladas dulces (Adore, incomprensiblemente no publicada como single) o jazzies (Slow Love), minimalismo donde menos es más (Forever in my Life, The Ballad of Dorothy Parker, If I Was Your Girlfriend con la voz alterada de Prince en el "papel" de su alter ego femenino Camille), singles rompepistas (U Got the Look), sexo aliñado al sonido Minneapolis (Hot Thing, It) himnos optimistas (Play in the Sunshine, la bomba en directo I'ts Gonna Be a Beautiful Night) hasta llegar a la psicodelia de color de rosa con Starfish and Coffee. Prince se convirtió en eterno y casi hasta con carta blanca para hacer bodrios durante el resto de su vida después de tamaño derroche creativo. Para redondear la experiencia se recomienda encarecidamente la película-concierto del mismo título para ver cómo se monta un show de antología. Muchos de los futuros productores de moda y artistas tomarían buena nota de este incunable. Imprescindible.

BLACK ALBUM (1987) ¿Que los brothas negros del barrio te dicen que desde que te convertiste en estrella eres un vendido y perdiste tus raíces de color, les demuestras que puedes ser tanto o más negro y funkarra que ellos con un álbum que será entendido como la Biblia del Funk, la compañía de discos se encuentra aterrada ante lo muy inviable del disco y tienes una crisis de conciencia sobre el contenido de algunas letras (más bestias que de costumbre, todo hay que decirlo: mira tú que encarnar en una de ellas a un chuloputas que planea cargarse a una de sus "currantes") amén de tener unas paranoias de padre y muy señor mío quizás regadas con eso que los jóvenes llaman "tasio"? Sin problema. Se retira el álbum de las máquinas prensadoras de discos a pocos días de su lanzamiento y así se convierte en uno de los discos pirateados más vendidos de la historia. Para cuando Prince decidió publicarlo oficialmente en 1994 para así salir de la Warner cuanto antes, las reseñas fueron poco atinadas sin enmarcar el disco en su contexto y así fueron las ventas para cuando todo quisque tenía el disco por casa. De haberlo sacado en su momento habría ido seguramente mal comercialmente pero con fans acérrimos y críticos babeando ante el funk sin adulterar de jam sessions como 2 Nigs United 4 West Compton, divertimentos para la pista de baile como Le Grind, Supercalifragisexy o Cindy C. (¿basada en hechos reales?), parodias del gangsta rap como Dead On It y la tan controvertida Bob George y un poquito más de psicodelia para cerrar con Rockhard in a Funky Place. Por ahí en medio entre tanta negritud pululaba la minimalista balada When 2 R In Love, de gran calidad en verdad pero que no encajaba muy bien en el tono del disco. Prince acertaría rescatándola para su disco de "penitencia".

LOVESEXY (1988) Si en el Black Album todo era oscuridad y mal rollo en la vida de Prince, aquí tendríamos el renacer en lo espiritual (véase la impagable portada cortesía de Jean-Baptiste Mondino que me costó más de una mirada sospechosa y risotadas a mi costa en casa) del Sr. Nelson con temas más positivos y mayores referencias a lo intangible, la fe y bla bla bla. En USA no lo entendieron y el disco fue una buena bofetada en ventas y críticas.¡Fin de ciclo! exclamaría más de uno. No fue así en Europa, con cuyo público tuvo un bonito idilio comercial durante una buena temporada. Los nueve temas metidos en su versión CD en un solo corte (en ediciones posteriores se pasó olímpicamente del capricho de Prince) para ser digeridos del tirón ofrecían el comienzo con I No estableciendo el hilo conductor de reflexión sobre lo terrenal y lo espiritual, los ya clásicos singles confeccionados para arrasar en listas (Alphabet St.-obra maestra-, Glam Slam), la rescatada del Black Album When 2 R In Love, algo de reflexión sobre temas sociales mientras se baila en la pista (Dance On), la balada confesional y clásico entre los fans Anna Stesia, funk de calidad con el tema homónimo o el cierre extrañamente inquietante con Positivity y las palabras de Ingrid Chavez que servían también para comenzar el disco-Rain is wet...-.El tema más corto resulta ser mi favorito del álbum y posiblemente uno de los mejores de toda la carrera del pequeñín: I Wish U Heaven. Una pequeña maravilla.

BATMAN (1989) Abundaban los rumores de que el de Minneapolis andaba en números rojos tras el fiasco de Lovesexy y de la costosísima -y quizás su mejor- gira posterior y que andaba buscando un proyecto seguro. Cuando los de la Warner le invitaron a pasarse por el plató de la adaptación de Batman llevada a la gran pantalla y le ofrecieron allí mismo componer canciones para la película, no se lo pensó dos veces a la hora de decir si. Yendo sobre seguro, logró alegrar a los de la Warner cuando el álbum fue derechito al número 1 en aquel verano del 89 regado en dólares y decepcionar un poco a sus seguidores más críticos con un disco diseñado para venderse como rosquillas y poco espontáneo u original. Dejando de lado bodrios como Lemon Crush o el muy empalagoso dueto con Sheena Easton The Arms of Orion, se pueden rescatar cosas. Adoptando las personalidades de Bruce Wayne/Batman y el Joker, Prince comienza bien con la irónica The Future y el guitarreo de Electric Chair para seguir con la oda a Jack Nicholson Partyman, la pegadiza Vicki Waiting o el pasable siéndo benévolo numerito marchoso Trust. La balada compuesta al lado de su padre Scandalous eleva mucho la estima del disco que se cierra con el exitazo Batdance, calculado collage de diálogos, cambios de ritmo, samplings y guitarreos que le lleva a liderar las listas de éxitos incluso en nuestro país. Para alguien que no sea fan de Prince y que no exija mucho a la hora de medir el nivel de calidad puede pasar para empezar a aficionarlo al mundo púrpura. El resto puede dormir a pierna suelta no sin antes grabar los temas que merecen la pena mientras el señor de la noche vigila la ciudad.

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