La Filmoteca del Terrario

miércoles, 9 de marzo de 2011

"HALCONES DE LA NOCHE": Nadie está seguro



El origen de Nighthawks (Halcones de la Noche) se basa en un guión pensado para ser la tercera entrega de French Connection (1971) y escrito por el guionista de The Warriors (Los Amos de la Noche) (1979) David Shaber. En él, Popeye Doyle (Gene Hackman) se enfrentaba a un grupo de terroristas con la ayuda de un compañero negro al que encarnaría Richard Pryor. La negativa de Hackman a volver a interpretar a Doyle dio al traste con esta tercera entrega, ocasión que aprovechó Shaber para reescribir el guión poniendo nombres distintos a los protagonistas y añadiendo nuevas situaciones. Universal Pictures lo adquirió y se lo entregó a un Sylvester Stallone que acababa de salir del gran éxito de Rocky II (1979) para que lo protagonizase. Para ocupar la silla de director se eligió al británico Gary Nelson, que venía de rodar una obra de culto como El Abismo Negro (1979). Para el reparto se eligió a Billy Dee Williams, el popular Lando Carlrissian de El Imperio Contraataca (1980), para el papel de Fox, compañero inseparable de Deke DaSilva (Stallone). Para el papel de esposa divorciada de  DaSilva se escogió a Lindsay Wagner (La Mujer Biónica). Se reservó para un papel de teniente de policía al amigo de Stallone y justamente aclamado como actor de culto Joe Spinell, que venía de rodar su proyecto personal Maniac (1980) y que con esta interpretación finiquitó su amistad con Stallone, al parecer por motivos personales. Finalmente, para ser la pareja de terroristas que aterroriza a Nueva York se eligió como Shakka a la hindú Persis Khambatta (Star Trek, La Película, 1979) y, sobre todo, para ser Wulfgar, al holandés Rutger Hauer, que tenía el prestigio de sus colaboraciones en su Holanda natal con Paul Verhoeven y que realizó aquí su desembarco en USA. Con este reparto dio comienzo el rodaje a principios de 1980.


Nada más empezar los preparativos de la película comenzaron los problemas. Gary Nelson abandonó el rodaje por diferencias creativas con los productores y, según los abundantes rumores, con Stallone, de quien siempre se dijo que le gustaba mucho controlar los proyectos en los que se involucraba y no solo en su escritura. Para sustituir a Nelson se escogió al poco experimentado y futuro artesano del cine de acción sin mayores aspiraciones Bruce Malmuth (fallecido el año pasado), pero a este le resultó imposible llegar a tiempo para el primer día de rodaje, que comprendía la larga persecución en los túneles del metro neoyorkino. Después de batallar con el Sindicato de Directores norteamericano, el propio Stallone se encargó de rodar esta escena aunque no pudo ser acreditado como director por las restrictivas reglas del sindicato. Recordaba Rutger Hauer en sus memorias All Those Moments que Stallone tenía muy controlado a Malmuth y que el verdadero jefe durante el rodaje era la estrella italoamericana., convirtiendo lo que en un principio era un thriller dramático sobre el terrorismo en una cinta de acción con mayor protagonismo para Stallone. No es de extrañar a juzgar por estas declaraciones que la química entre Hauer y Stallone fuera nula. Malas vibraciones que ayudaron a crear una lograda tensión entre sus personajes. No era solo en el aspecto interpretativo donde hubo nervios. Stallone tenía que discutir con los productores para que pudiera hacer casi todas las escenas de riesgo sin dobles, como aquella en la que tiene que estar suspendido de un cable del teleférico donde Wulfgar y Shakka tienen a un grupo de rehenes. Stallone recordó tiempo más tarde que fue una de las escenas más arriesgadas que hizo, principalmente porque el cable no se había probado y existía el peligro de que, en caso de romperse, la caída desde una altura considerable al agua fuera mortal.




Una vez en la sala de montaje, comenzó la poda de minutos. Según Stallone, afectaron a las interpretaciones de Hauer (malas lenguas afirman que por celos de Stallone) y Lindsay Wagner y se cortaron momentos muy violentos (cosa que se nota en una de las escenas cruciales de la película) que no tenían nada que envidiar a la matanza de Taxi Driver (1976). En lo único en que los recuerdos de Hauer y Stallone coinciden es que todo fue porque el estudio no tenía mucha confianza con la película, pensando que en Estados Unidos el problema del terrorismo no constituía una amenaza "real" (irónicas palabras dichas las de aquella época). No se le dio excesiva promoción a la película, estrenada el 4 de Abril de 1981 con un coste de 5 millones de dólares y que recaudó 14,9 millones de dólares en USA y otros 5 en el resto del mundo. Tuvo críticas variadas, siendo la mayoría de ellas entusiastas con la actuación de Hauer. Recuperó los costes, pero no fue el éxito que Stallone y los productores esperaban. Funcionó mucho mejor en el mercado del video y con los pases televisivos y hoy en día se la considera cinta a reivindicar por los fans de Stallone.


Lo primero que hay que apuntar, como bien se encargaron de señalar los críticos, es la enorme labor de un Hauer cuya presencia es la más recordada de la película, por delante de la visión de Stallone disfrazado de mujer para dar caza a dos delincuentes callejeros (¡). Su Wulfgar es un villano "encantador" capaz de piropear a una hermosa dependienta mientras coloca a sangre fría una bomba que hará reventar el centro comercial situado en pleno Londres, matando a niños de paso para disgusto de otras organizaciones. Esto motivará su cirugía plástica y posterior huida a Nueva York con Shakka, donde intentará demostrar a los terroristas que puede seguir siendo igual de letal. Allí se sentirá como pez en el agua vestido de traje y disfrutando de los placeres de la noche en las discotecas de moda para "niños ricos" mientras liga con azafatas de avión que acogen, sin sospecharlo, todo un arsenal de armas que oculta Wulfgar en su maleta. Hauer logra el milagro de convertir a un personaje repulsivo en alguien atractivo, con carisma y amenazador, con momentos en que su presencia gélida provoca por momentos temor al espectador al tiempo que asesina sin remordimientos a inocentes.


Aunque Hauer eclipse con justicia al reparto, tampoco hay que desdeñar la efectiva interpretación de Stallone como un DaSilva con barba a lo Serpico (1973) y habituado a arrestar chorizos y traficantes de droga junto a Fox en los lugares menos recomendables de Nueva York. Un hábitat del que ambos serán apartados a la fuerza para ser instruidos en técnicas antiterroristas por Hartman (Nigel Davenport), experto en terrorismo de la INTERPOL que sigue la pista a Wulfgar. Buena parte del metraje de la primera mitad de la película está dedicado a la instrucción de DaSilva y Fox, siendo el primero un "héroe con pasado" en Vietnam (Aquí Stallone cogió apuntes para buena parte de su futura filmografía con personajes con traumas aún por superar) que siente remordimientos a disparar donde haya gente inocente. No será su único frente abierto: También tiene mucho interés en su ex-mujer Irene (Lindsay Wagner), el elemento más flojo de la película y personaje casi perfectamente suprimible, a la que no se la da suficiente cancha debido muy posiblemente a los problemas en la sala de montaje. Lo mismo podría decirse de Fox, cuya única misión consiste en seguir a todos lados a DaSilva, pero cuya presencia se lleva con agrado gracias a la siempre agradecida presencia del generalmente desaprovechado Billy Dee Williams.

La influencia de French Connection en la película no solo se basa en su condición original de ser su tercera entrega: Planos rodados cámara al hombro, aspecto de documental en algunos momentos como la presentación de Wulfgar saliendo de la boca del metro londinense, rodaje en los lugares más sórdidos y peligrosos de Nueva York sin tratar de embellecerlos, apuesta por escenas de acción realistas y bien rodadas, escena de persecución con un medio de transporte sobre raíles como protagonista y la presencia de colabordores de Friedkin como el director de fotografía James A. Contner (A la Caza, 1980) y el operador de cámara Ricky Bravo. También es destacable la banda sonora de la estrella del rock progresivo Keith Emerson, que venía de colaborar con Dario Argento en Inferno (1980), con tonos disco y funkys que enmarcan a la cinta dentro de una época concreta. Elementos que contribuyen a hacer de Halcones de la Noche un policíaco no de las obras maestras del género en los 80, pero sí sólido y reivindicable.


Halcones de la Noche fue editada en DVD por Universal tanto en España como en el extranjero, pero con solo un tráiler como extra.


***En el año 2007 escribí este post. Un desastre escrito con toda mi buena voluntad del mundo. Cuando escribí que quería reescribir los posts antiguos de La Coctelera, me refería a esto. Espero haber rendido justo tributo a la película.***



3 comentarios:

  1. No llegué a ver esta película que, efetivamente, tiene un llok setentero a lo French Connection.

    Has despertado mo interés por ella. Procuraré encontarla.

    Estupendo blog. Me hago seguidor. Nos leemos...

    Un saludo.

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  2. Un film a reivindicar sin pudor alguno.Muy sólido en todos sus aspectos y con ese Stallone de cuando todavía quería ser una actot "a lo Pacino".

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  3. @ Scotty: Imagino que no tendrás problemas para encontrarla en centros tipo FNAC. Seguiré tu blog.

    @ Esbilla: De aquella época de finales de los 70/principios de los 80 es también el drama "F.I.S.T.", un biopic nada disimulado de Jimmy Hoffa. Stallone hizo una interpretación muy estimable que no muchos recuerdan.

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