La Filmoteca del Terrario

sábado, 12 de marzo de 2011

"COMO UNA MOTO": El día que el payaso durmió


Como apuntaba Peter Biskind en el excelente libro Moteros Tranquilos, Toros Salvajes, la muerte de John Belushi acabó por echar el cierre a una época de excesos con todo tipo de drogas en Hollywood. Gente que abusaba de la cocaína como Paul Schrader o Robin Williams se dieron cuenta de que "el juego se había acabado" y de que la muerte de Belushi fue una señal muy seria de advertencia para aquellos que aún "vivían en el cuelgue". La mala actuación policial a la hora de investigar la muerte, hasta el punto de no recoger las numerosas drogas que aún quedaban en la habitación del Chateau Marmont y dejando libre a las pocas horas de su detención a Cathy Smith, una ex groupie y camello de poca monta que administró a Belushi la dosis letal de speedball que finiquitaría al orondo cómico, provocó que la familia de Belushi se pusiera en contacto con Bob Woodward. Poca broma a la hora de hablar del periodista más importante de la historia de USA junto con su colega Carl Bernstein tras noquear al presidente Nixon a costa del Watergate. Fue la cuñada de John quien pidió a Woodward que investigase por su cuenta las circunstancias de la muerte. Así, Woodward comenzó a entrevistar entre Nueva York y Los Angeles a familiares y amigos de Belushi. Entre estos últimos, nombres como Dan Aykroyd, Steven Spielberg, Carrie Fisher, John Landis, Robin Williams o Jack Nicholson (Robert De Niro, compañero de farras regadas por polvo blanco y una de las últimas personas que vió con vida a Belushi se negó a ser entrevistado). Pero también consultó a doctores, policías, camellos, camareros y diversa documentación como recetas médicas, informes policiales, correspondencia y demás para escribir el libro que nos ocupa. Buena parte de los familiares y amigos del finado protestaron por la imagen de adicto a las drogas sin control que retrataba en libro en lugar de destacar sus aspectos más positivos.


Hay que advertir que aquel que quiera conocer al Belushi cómico, mejor que recupere sus temporadas en Saturday Night Live o revise sus películas más emblemáticas en DVD. Porque si bien es cierto que el libro describe los gags que le hicieron famoso, Wired (Como una Moto) cuenta básicamente la triste historia de un adicto sin control a las drogas que irremediablemente va a peor avanzando un peldaño más de camino al infierno más absoluto. Y también es la triste historia de Judy Belushi, su mujer desde los tiempos en que era todo un desconocido en Chicago y que siempre estuvo a su lado intentando apartar del mal camino a su marido excepto en los días finales. Todo un recorrido de anécdotas en las que en este post nos centraremos básicamente en su corta carrera en el cine y en donde contemplamos a Belushi como robaescenas consumado en el teatro cómico de Chicago y Nueva York hasta su fichaje por el programa Saturday Night Live (SNL), que poco a poco comenzaba a arrasar en audiencia al mismo tiempo que el reparto y equipo arrasaban con toda la coca posible a su paso (sobre todo Chevy Chase, primera gran estrella del programa) con tal de mantener el vertiginoso ritmo de trabajo. Tras la marcha de Chase, Belushi no tarda en hacerse el amo del show, donde en una ocasión estaba tan drogado que el médico del plató dictaminó que si salía a escena en ese estado había un 50 % de posibilidades de que muriera en antena. El productor Lorne Michaels se arriesgó y nada pasó, aunque era evidente el mal estado de John aquella noche. Con sketches legendarios como el del samurái, actuaciones musicales vestido de abeja (gag que odiaba) y con sus imitaciones de Joe Cocker, Elizabeth Taylor, el Capitán Kirk o Henry Kissinger, no tardaría en irse a Hollywood, donde empieza con mal pie en el western dirigido por Jack Nicholson Camino del Sur (1978), en el que se peleó con el productor Harry Schneider, su papel fue recortado sensiblemente en la sala de montaje y le pagaron en calderilla. Un muy encocado Belushi juraría en una de sus salidas nocturnas que rompería la cara a Nicholson por tratarlo como a un novato. La cosa no pasó a más (alguna que otra vez fue a casa de Jack para pedirle consejos sobre porcentajes sobre los beneficios de una película) y pronto lograría triunfar en el cine.


Al poco de estrenarse Desmadre a la Americana (1978) de John Landis, los universitarios de todo USA se enfrascaban en guerras de comida o celebraban fiestas "toga" en honor a Bluto Blutarsky, el personaje bestia que elevó a la categoría de mito a Belushi y gracias al cual la cinta fue una de las comedias más taquilleras de la historia del cine. El álbum de los personajes de SNL y creación suya y de su íntimo amigo Dan Aykroyd, los Blues Brothers, fue número 1 en ventas. Y SNL era número 1 en audiencia. Belushi era grande. Como lo iban siendo sus fiestas donde aspiraba con asustadora celeridad lineas enteras de coca a lo largo de un espejo. A pesar de ser conocido por la fisicidad de su comedia, Belushi quiso probar fortuna con un papel alejado de lo habitual. En Old Boyfriends (1979) encarnó a uno de los novios de la psiquiatra encarnada por Talia Shire en su primer papel como protagonista absoluta. La cinta fue vista y no vista en las carteleras mientras Spielberg daba los últimos toques en la postproducción a una comedia loca sobre la paranoia que reinaba en USA con el ataque a Pearl Harbour en donde logró los servicios de Aykroyd & Belushi. 1941 (1979) fue un rodaje complicado donde a Spielberg le dieron todo el dinero del mundo para gastar y en el que buena parte del equipo técnico y artístico "aliviaba tensiones" con drogas. Sobre todo Belushi y su compañero de reparto Treat Williams. Incluso Spielberg tuvo que llamarle la atención por sus tardanzas habituales en el set de rodaje. El día del estreno Spielberg no se presentó y se escaqueó a Hawai, convencido de que la cara comedia iba a ser un fiasco. Acertó.


Y tras el despilfarro de dinero Spielbergiano, Aykroyd & Belushi abandonaron SNL para meterse en otro fregado no menos caro: Granujas a Todo Ritmo (The Blues Brothers) (1980), adaptación cinematográfica de las andanzas de los hermanos Jolliet Jake y Elwood Blues. John Landis se fundió gran parte del presupuesto en espectaculares persecuciones y el rodaje se retrasó lo suyo (afirman las malas lenguas que Landis hizo una apuesta con su por aquel entonces amigo Spielberg para ver quién de los dos gastaba más dinero en sus respectivas comedias). Parte de estos retrasos tuvieron que ver con las adicciones de John, al que Landis acudió a ver a su roulotte hecho un basilisco .El cuadro de basura, drogas y el estado abotargado de Belushi bastaron para que Landis tirase por el retrete la cocaína de su estrella, que se volvió iracunda contra el más bien esmirriado director. Bastó un puñetazo de Landis para poner en su sitio a John, arrepentido al poco tiempo de su conducta. El presupuesto llegó a casi 30 millones de dólares, toda una fortuna para la época, y las críticas fueron demoledoras. No fue un fracaso económico pero se esperó mucho más de la película, aunque con las ventas en VHS y DVD y pases televisivos se convirtió en un éxito más apreciado en años venideros. Para que Belushi estuviera en buen estado en vistas a la agotadora gira de la Blues Brothers Band se contrató a un "guardaespaldas" especializado en proteger a estrellas del rock de las tentaciones de rayas y papelinas, Smokey Wendell, todo un experto en requisar la droga que los camellos iban dejando a John, bien fuera en retretes o en sobrecillos. Belushi se desesperó, pero estuvo sobrio e incluso dió un discurso anti-cocaína a los miembros de la banda antes de empezar los conciertos, saldados con éxito. 


Con todo, Belushi deseaba fervientemente alejarse del personaje de Bluto y para su siguiente película apostaría por el género de la comedia romántica siendo emparejado con Blair Brown para el remedo del cine de Spencer Tracy y Katharine Hepburn Continental Divide (1981). El director era Michael Apted, que sustituía a un Spielberg que había especulado con dirigirla pero que se limitó a ser productor ejecutivo. El guión de un emergente Lawrence Kasdan prometía mucho sobre el papel. Pero cuando llegó el momento de rodar, no había química entre Brown y un Belushi al que el campeón de karate Bill "Superfoot" Wallace había logrado hacer perder kilitos por aquello de ser creíble como galán romántico. La taquilla fue por debajo de lo esperado. Peor fueron las cosas en su reencuentro con Dan Aykroyd en Mis Locos Vecinos (1981). Describir el infierno de ese rodaje llevaría mucho tiempo para escrbir todo lo que pasó. Sólo apuntar que un Belushi cada vez más enfarlopado y enajenado se pasaba el rodaje discutiendo con el director John G. Avildsen porque, según Belushi, no tenía ni idea de comedia (lo más suave que le dijo en una conversación telefónica regada con insultos fue "mierda de chupapollas") y que, en plena fiebre punk en Los Angeles y obsesionado por esa música, se empeño en que en los créditos finales de la película se incluyese una canción bestia del grupo Fear, amigos de Belushi a los que el cómico les consiguió una actuación accidentada en SNL. El numerito de Belushi en el despacho del director musical de Columbia cuando le dijo que eso no era posible fue de los que hacen época. Tiempos aquellos en que tuvo a un conductor de limusina llevándolo las 24 horas del día de tugurio en tugurio sin permitirle dormir ni comer, dándole, eso sí, unas gafas de sol como única recompensa. Mis Locos Vecinos fue salvada como buenamente se pudo gracias al presidente de Columbia Frank Price, cuya estrategia de "recaudarlo todo lo que podamos el primer finde antes de que la gente vaya diciendo por ahí lo mala que es la peli" sigue siendo admirada por aquellos que sobrevivieron al rodaje y postproducción.


Para cuando Belushi recibió el guión de Sweet Deception, una comedia ambientada en una competición de vinos en Nueva York y que homenajeaba a Con la Muerte en los Talones (1959), ya estaba pisando el acelerador a tope y sin un Smokey Wendell que le parase los pies. Cada vez con peor reputación por Hollywood por su actitud agresiva hacia los mandamases de los estudios en reuniones y cenas varias, logró convencer a la Paramount de la viabilidad de Sweet Deception. Eso sí, había que pulir bastante el guión. Y Belushi creyó que lo tendría listo en poco tiempo con la ayuda del guionista de SNL y ocasional actor Don Novello. Visitando viñedos en la zona de Napa para documentarse y retirándose al Chateau Marmont para la reescritura, Noble Rot, que así se retituló el guión, sería un proyecto controlado enteramente por Belushi sin interferencias de un Hollywood del que empezaba a estar harto. Pero California era un lugar peligroso para la salud de John con las múltiples tentaciones que se ofrecen a las estrellas. Pasando más tiempo en la Mansión Playboy y en las discotecas de moda que delante de la maquina de escribir, Belushi vivió en el cuelgue durante los comienzos de 1982. Paramount echó pestes del guión de Noble Rot (pueden leerlo aquí si quieren; dicen que no es tan malo como su reputación indica, aunque sí que necesitaba una reescritura) y pidió a Belushi que rodase una comedieta basada en un popular libro de educación sexual llamado The Joy of Sex, que supondría el debut en la dirección de la actriz televisiva y amiga de Belushi Penny Marshall. El cómico echa pestes del guión, para el que en algunas secuencias tendría que disfrazarse de bebé, pero parece que finalmente acabará aceptando. 


Pero el 1 de Marzo es cuando conoce a Cathy Smith y la tentación de la heroína. Atraído por la droga, pide a Smith que le inyecte su primera dosis de speedball. Hecho una porquería, sus últimos días los dedicó a pasar el tiempo "subido al caballo" con tan malas compañías y a meterse picos en los lavabos de las discotecas de moda en L.A. La noche del 4 al 5 de Marzo de 1982, en el bungalow número 3 del Chateau Marmont, aparecen Robert De Niro y Robin Williams por separado para saludar a su amigo y esnifar unas rayas con él. A ambos les da muy mal rollo Smith. La camello inyecta una dosis de speedball a Belushi y éste se va a la cama. Allí empieza a sentir frío, por lo que pide a Smith que le arrope. Smith toma un vaso de leche y escribe una carta a un amigo mientras oye ruidos extraños procedentes de Belushi. Antes de abandonar la habitación, comprueba a ver cómo se encuentra John. Está roncando  Se marchó de allí a las 10 y cuarto de la mañana. Bill "Superfoot" Wallace fue el primero que encontró el cadaver de Belushi. El día anterior, Dan Aykroyd, que acababa de escribir los guiones de Los Cazafantasmas (1984) y Espías Como Nosotros (1985) con la intención de co-protagonizarlos con Belushi, había planeado hacer un vuelo relámpago a California para sacar por las malas de ese submundo a su amigo. Demasiado tarde. Aykroyd fue a la carrera al apartamento de Judy Belushi para ser el primero en informar de la muerte de su amigo. Lo consiguió. Durante una misa celebrada dos días después de su funeral, cumplió el deseó que le formuló su amigo durante un viaje en coche por todo Estados Unidos: que el tema de los Ventures "2.000-Pound Bee" sonase a todo volumen en la iglesia.

Quien quiera leer más sobre sus orígenes en el teatro, el proyecto con Louis Malle que rodaría con Dan Aykroyd, lo poco que tragaba a Chevy Chase hasta que hicieron las paces y aspectos más positivos de su personalidad, puede comprar Como una Moto (o leer este estupendo texto de Jordi Costa resumiendo el libro a la perfección), que contó con una adaptación al cine inédita en España que uno sepa y que servidor pudo echarle un ojo. Inenarrable bodrio de 1989 donde el fantasma de Belushi es acompañado por un ángel guardian de look latino recorriendo los highlights de su vida mientras un Bob Woodward interpretado por el añorado J.T. Walsh entrevista a la gente clave en su vida. Situaciones surrealistas y dignas de un Miedo y Asco en Las Vegas (1998) de cuarta fila y golpes bajos a John Landis con el ruido de un helicóptero  mientras éste se dirige a la roulotte de su estrella recreando el incidente del puñetazo ya mencionado que tiene su colofón en un "breath for me, Woodward" que le suelta Belushi a Bob justo antes de morir. Un justo fracaso en taquilla por el que el actor que encarnó a Belushi, Michael Chiklis (!), pidió perdón al hermanísimo James Belushi cuando se lo encontró en un bar. Le aceptó las disculpas. Hay planes para un biopic producido por Todd Phillips mientras escribo estas lineas. 




***Post originalmente escrito aquí y revisado y corregido para su publicación en este blog***

6 comentarios:

  1. Para mi su techo fueron los blues brothers.

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  2. Pienso lo mismo en lo que al cine se refiere. Y encantado de leerte en este nuevo lugar.

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  3. Ya me extraña que no tenga su biopic particular. No le faltaría de nada.

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  4. Pues si. Ahora solo queda esperar que escojan a un actor idóneo para el papel y cruzar los dedos para que salga bien.

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  5. Zach Galifianakis y un enfoque a lo Man on the moon.

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  6. En Galifianakis pensaba yo para el biopic. En otros foros también sugerían a Jack Black.

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