La Filmoteca del Terrario

jueves, 1 de septiembre de 2011

Peor Imposible XIII Edición (Día 3: "Vudú Sangriento", "La Puerta del Infierno" y "La Guarida del Gusano Blanco")


Al contrario que en los dos días precedentes, esta vez la asistencia de público menguó y ya se podían ver asientos libres. De todas maneras, los reunidos en la sala de proyecciones, que no somos pocos, estábamos listos para una nueva sesión de cine. Claro que con la primera película envidiamos y mucho a los que prefirieron quedarse fuera en la playa o tomando algo en las terrazas de los bares.

VUDÚ SANGRIENTO (Manuel Caño, 1974) Y es que Jesús Palacios en su guía Goremania no podía estar más acertado a la hora de calificar este engendro amomiado: "Un patético pretexto para que el equipo de la película se pagara unas vacaciones de lujo, con crucero por el Caribe incluido". El mítico secundario del spaghetti western Aldo Sambrell (D.E.P.) a lo largo de su carrera se metió en "fregados" como el que nos ocupa, protagonizando esta historia de la momia enamorada de la reencarnación de su amada. Su actuación y algunos toques gore es lo único que puede salvarse de este despropósito aburrido en líneas generales y de desarrollo torpón, escrito por el actual presidente de la SGAE mientras escribo estas líneas, Santiago Moncada. Ceremonias y bailes tribales y vudús, decapitaciones más o menos logradas y un divertido Fernando Sancho como inspector intentan revivir el asunto. Existen dos montajes: uno patrio y otro con vistas al mercado internacional. El que vimos fue este último y se puede deducir por los pseudónimos en los créditos iniciales ("Ferdinand Sancho", "S. Monkada", "Eva Lion") y las inevitables escenas de desnudos. Título internacional: Vodoo Black Exorcist. Había que mamar de la teta del gran éxito de la época.


LA PUERTA DEL INFIERNO (Le porte dell'inferno, Umberto Lenzi, 1989) Aunque el poster prometa ver a monstruos acechando a mujeres hermosas en la cama, olvídense de tan prometedora premisa: Un espeleólogo quiere batir el récord de permanencia de un hombre en una cueva. De repente, grita a sus compañeros que "quieren matarle" y, naturalmente, bajarán para ayudarle. Lo que sigue a continuación es la venganza de siete monjes maléficos que en 1289 practicaban brujerías varias. Siete siglos después (1989), a masacrar a aquellos que no sean católicos...precisamente los espeleólogos, entre los que hay protestantes y Testigos de Jehová. A un Umberto Lenzi que añoraba y mucho sus más lejanos tiempos de poliziescos setenteros y caníbales ochenteros le dieron prácticamente cuatro liras de presupuesto para que plasmase en imágenes el guión escrito por su propia mujer Olga Pehar y a la actriz Barbara Cupisti, musa de Michele Soavi. Debió pensar que, a falta de presupuesto (ojo a las explosiones dignas de las fiestas de "Valdeculete de Arriba") e historia, bueno sería abordar la cinta con sano sentido del cachondeo y gore marca de la casa, con desmembramientos gráficos de ojos, hachazos a la cabeza, arañas y apuñalamientos. Ya puestos, también debió pensar que no estaría mal homenajearse a sí mismo repitiendo la jugada del "giro final" de su mítica La Invasión de los Zombies Atómicos (1981). Chapucerilla, pero para disfrutar con el estado de ánimo adecuado.


LA GUARIDA DEL GUSANO BLANCO (The lair of the white worm, Ken Russell, 1988) Ahora los "nengs" ingleses sólo le recuerdan como participante en una edición del Gran Hermano VIP británico (sí, en serio), donde tuvo una trifulca gorda con la afamda Jade Goody, pero a la hora de hablar de Ken Russell hay que destacar un logro: Es el director británico con más números 1 en taquilla consecutivos en su país natal junto con Alfred Hitchcock. Experto en "liarla parda" entre censores, críticos, público y conservadores, la suya es sin duda una "vida ejemplar" con títulos muy recomendables como su censuradísima Los Demonios (1970), Tommy (1975), Lisztomania (1975; eso sí, sólo para muy "curtidos"), Viaje Alucinante al Fondo de la Mente (1980) y una debilidad personal: La Pasión de China Blue (1984) con un Anthony Perkins poco menos que de antología. Del cine o del disparate...eso depende del espectador. La que nos ocupa pilló al cineasta con sus días de gloria algo lejanos y algo más calmado de sus locuras y obsesiones varias, pero no por ello perdió su sentido del cachondeo a la hora de adaptar para Vestron Pictures el relato de Bram Stoker. Una reptiloide/vampiresca Amanda Donohue se dedica a escupir veneno a crucifijos y comerse el "pichulín" (ouch) de pobres boy-scouts al mismo tiempo que busca vírgenes de buen ver para sacrificar a su dios mientras un Hugh Grant mucho antes de protagonizar insufribles comedietas románticas será el encargado de emular las hazañas de un antepasado suyo partiendo a reptiles/vampiros a la mitad con su espada. Russell no renuncia a sus secuencias oníricas como el ver en sueños a soldados romanos violando monjas al tiempo que una gran serpiente amenaza a un Cristo crucificado o a Hugh Grant contemplando en sueños una pelea a bordo de un avión entre féminas al tiempo que un bolígrafo que sujeta se va "levantando" metafóricamente. Añadan encantamientos de "serpientes" a ritmo de gaita y la entusiasta actuación de Donohue y el resultado es una cinta de justo culto que bien puede servir para ir introduciendo poco a poco al espectador desconocedor de su cine a Ken Russell.

Mencionar también que antes del "Gusano Blanco" se celebró una interesante mesa redonda. Para hoy Santo y Blue Demon Contra los Monstruos, La Endemoniada y la peli sorpresa, que por las pistas dadas es una de "hostias y chinos".

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