CLERKS 2 (Kevin Smith, 2006) Tras el batacazo de Jersey Girl, Kevin Smith intentó recuperar el prestigio perdido tirando por la solución más fácil: Secuela de la película que le lanzó a la fama, ahora en color y con más medios y estrellas invitadas (sus amiguetes Ben Affleck y Jason Lee). Cambiando la tienda por una hamburguesería y sin muchas pretensiones, Smith sabe cómo contar chistes y nos da momentos impagables como las coñas con El Señor de los Anillos o El Silencio de los Corderos, el momento protagonizado por un burro, más andanzas de los teóricamente acabados Jay y Bob el Silencioso ("the fuckin' holy bible!") y un entrañable homenaje a los Jacksons 5 con una coreografía del "ABC". Olvídense de ver a Smith intentando imprimir algo de estilo visual a la cinta tras sus intentonas con el formato scope en Dogma o colaborando con Vilmos Zsigmond en Jersey Girl. Se ve, se disfruta y se olvida. Eso sí, si tienen fresca la Clerks original, anden atentos a los guiños.
JUEGO DE AMOR PROHIBIDO (Eloy De La Iglesia, 1975) Un Eloy De La Iglesia mucho antes de convertirse en el cronista del lumpen y los desarraigados de la España de principios de los 80 dirigió esta historia de profesor rico que da clases exclusivamente por placer y que recoge a dos de sus alumnos que estaban haciendo autostop para fugarse de casa. Los invitará a quedarse en su mansión, donde no les faltara de nada, pero no tardará en encerrarlos en compañía de otro alumno que lleva dos años allí (Simón Andreu, habitual de Eloy y coproducciones varias), comenzando así una serie de juegos y relaciones que desembocarán en una rebelión. Metafórica como ella sola y mutilada por la censura en pleno 1975, es una cinta que se deja ver gracias a las buenas actuaciones de Javier Escrivá como el profesor "facha" que escucha a Wagner todo el tiempo y de una lolitesca Inma De Santis. Atrevidas esecnas eróticas para la época, tríos en off y masoquismo con velas incluido para un titulo que bien merece un pequeño rescate.
LAS VAMPIRAS (Vampyros Lesbos, Jesús Franco, 1970) Probablemente la película de Jesús Franco con mayor culto en el mundo y con razón. Adaptando a su manera la historia de Bram Stoker y dando la vuelta a algunos de sus elementos (ejemplos: la vampira toma el sol alegremente, Renfield es una mujer y el Dr. Seward no busca destruir a la vampira sino "ser uno de ellos"), Vampyros Lesbos convirtió a la finada Soledad Miranda en un justificado mito del cinema bis siendo de paso la musa por antonomasia franquiana junto con Lina Romay. Baste con verla en algunos de los sexy-shows aderezados con la soberbia música jazzie con sitar y sonidos bucales de Mannfred Hübler y Sigi Schwab y el magnetismo que tenía con la cámara para comprobarlo. Por si eso no bastase, la fotografía colorista de Manuel Merino, una atmósfera manlsana y onírica y el papelito de Jess como zumbado justifican de sobra la visión de la película. Olvídense de noches siniestras, universos góticos y todas las películas de vampiros que hayan podido ver antes y abrazen el sol del Mediterráneo, los nightclubs de Estambul y una cinta de vampiras como no se ha hecho ni se hará jamás, aunque el propio Jess volviera a variaciones del mismo tema sin el éxito de antaño.
THE BOX (Richard Kelly, 2009) Al pobre Richard Kelly le dijeron tras la maravillosa Donnie Darko que era el David Lynch de su generación. Se lo creyó y quiso demostrar que era el "auteur del futuro" con la locura Southland Tales (que yo me atrevo a defender, aún consciente de sus gordos defectos). Su proyección en Cannes fue un desastre histórico , se añadieron nuevos efectos especiales, se recortaron 20 minutos, se estrenó malamente y casi nadie fue a verla, convirtiéndose Kelly no en el nuevo Lynch, sino en el Michael Cimino del fantástico. Realizada para reconciliarse con la industria, con una pareja taquillera (la casi siempre insufrible Cameron Diaz y James Marsden) y dejando apartadas la locura e ínfulas de su anterior película (aunque no del todo), Kelly adapta un relato de Richard Matheson que fue episodio de la Twilight Zone ochentera y se atreve a ir más allá, con la NASA, Marte, túneles de viento, "el más allá", papa noeles en la carretera, gente zombificada, referencias nada sutiles a Sartre y Arthur C. Clarke y un excelente Frank Langella desfigurado metidos en la trama. Con momentos de tensión lograda como la escena de la biblioteca, The Box exige verse sin hacerse muchas preguntas sobre los agujeros de la trama durante la proyección y dejándose llevar por el buen hacer de Kelly. Y cuidado si les sangra la nariz.
VAMPIRESAS 1930 (VOLANDO HACIA LA FAMA) (Jesús Franco, 1960): ¿Jesús Franco dirigiendo una película de cuplés propia del "Cine de Barrio" de Parada (de los monstruos)? En los inicios de su carrera como director rodó dos cintas de este tipo: La Reina del Tabarín y la que nos ocupa. Cogiendo básicamente la trama de Cantando Bajo la Lluvia sin desdeñar otras películas (de El Cantor de Jazz hasta Con Faldas y a lo Loco), toda una curiosidad con Antonio Ozores y Lina Morgan secundando a la cantante Mikaela. Papel para Manuel Alexandre como director sufridor y crédito destacado por empeño de Franco para el mítico pianista de jazz Tete Montoliú. Alternando buenos momentos como el comienzo en un rodaje de una película de vampiros o una improvisada jam session en un restaurante con otros soporíferos, hay que destacar un tramo final donde los protagonistas se hacen pasar por negros. De haberse rodado ahora, le prohibían la peli al bueno de Jess.
EL CAMINANTE (Jacinto Molina, 1979) El diablo adopta forma humana y se da un garbeo por la tierra circa la edad media para descubrir que el hombre puede ser más cabrón que él. Protagonizada y dirigida por Paul Naschy y considerada por él mismo y por sus fans como una de sus mejores películas, oficialmente se realizó para condenar y lamentar "la condición humana" (que también), pero otro de los propósitos de su existencia era aprovecharse de la moda del destape, alegrando la vista al espectador con generosos desnudos de guapas como Silvia Aguilar y Blanca Estrada...y del propio Naschy. Elementos positivos: la fotografía de Alejandro Ulloa, el sueño del acompañante del diablo/Naschy donde ve el futuro negro de la humanidad (guerras, bomba atómica) después de que exprese su optimismo sobre la misma, el inolvidable plano con el diablo crucificado ante la imagen de Cristo y evidentemente las bellezas femeninas. Lástima que el desarrollo sea tirando a torpón. Aún así, un titulo estimable aun con sus endebleces. En la inmediatamente posterior Madrid al Desnudo Naschy exploraría/explotaría aún más el filón del destape.
INFRAMAN (Zhong guo chao ren, Shan Hua, 1975) La Shaw Brothers hongkonesa produce esta tróspida mezcla de Ultraman, las monsters movies a lo Godzilla y el cine de artes marciales en una cinta muy divertida. Lo mejor de la película son los monstruos con traje de goma que sirven de esbirros a la villana megalómana de turno que pueden mutar de tamaño, lanzar rayos (pintarrajeados en la pantalla) o machacar wolkswagens escarabajos. Menos mal que por alí anda Inframan, un soldado que al ser inyectado con adrenalina se convierte en todo un superhéroe dispuesto a salvar al mundo. Un ritmo trepidante y la aparición de Bruce Le (clon de...) en un papel secundario redondean una cinta de la que los creadores de los Power Rangers bebieron bastante. En este sitio indispensable de la blogosfera la tienen comentada pormenorizadamente.
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