La Filmoteca del Terrario

jueves, 11 de agosto de 2011

Louise Brooks: Lulu on the tightrope (1)

"Tengo un don para cabrear a la gente, pero si te aburro, será con un cuchillo". Louise Brooks.




El 14 de Noviembre de 1906 en el pueblecito del Kansas más profundo llamado Cherryvale nacía la hija del abogado Leonard Porter Brooks y Myra Rude, a la cual pusieron de nombre Mary Louise Brooks. Con papá ausente del hogar debido a su trabajo, Myra Rude fue la encargada de educar a Louise y hermanos. Myra Rude era una persona con grandes inquietudes culturales que se encargó de pasarlas a sus hijos, como por ejemplo enseñarles las obras musicales de Debussy y Chopin. También era una mujer, por decirlo suavemente, con todo un carácter que pensaba que sus hijos debían ser capaces de valerse por sí mismos. A nadie debía extrañarle que años después Louise fuera recordada como una persona de gran cultura y con todo un temperamento que le valió el rechazo de Hollywood. Pero no adelantemos acontecimientos. Con tan solo nueve años de edad sufrió un hecho que la marcaría de por vida y que tristemente se produce a diario en todo el mundo: Fue violada por un depravado. Cuando años después se lo contó a su madre, ésta le respondió que la culpa fue suya "por provocarle".
Cuerpo de baile de la Academia Denishaw. Brooks es la segunda por la derecha.
Flash forward hasta 1924 en Los Angeles, California. Estamos en la Academia de Baile Denishaw, donde futuras grandes bailarinas como Martha Graham se formaron. En la sala de ejercicios se produce un enfrentamiento dialéctico entre la jefa Ruth St. Denis y una Louise de solo 18 años que actúa como una diva caprichosa sin haber hecho méritos para serlo. St. Denis le enseña la puerta de salida cansada del divismo de su alumna, al tiempo que le dice "¡te despido porque quieres la vida en bandeja de plata!". Louise no estará en el paro por mucho tiempo: Su buena amiga Barbara Bennett (hermana de Joan) le consigue un puesto para actuar de corista en Broadway. Concretamente en los George White's Scandals, show de variedades donde hicieron carrera gentes como Ann Miller, los Three Stooges o un futuro compañero de reparto cinematográfico de Louise: W.C. Fields. De allí fue directa al show por antonomasia de Broadway: Ziegfeld Follies, donde músicos, cómicos y bailarinas entretenían al público de unos roaring twenties alegres y felices. Una de sus compañeras de baile era Paulette Goddard, futura musa y esposa de la persona con la que Louise pasaba su tiempo libre. Y es que el verano de 1925 estuvo lleno de visitas a la cama del entrañable pichabrava Charles Chaplin.
 
Brooks & Fields
Después de un contacto con Hollywood tan "íntimo", era cuestión de tiempo que llegara otro contacto con la Babilonia del siglo XX...aunque más profesional. Un productor y cazatalentos de la Paramount se interesó por Louise y esta aceptó hacer las maletas para viajar a la Costa Oeste. Tras firmar un contrato leonino de cinco años con el afamado estudio de la montaña nevada, los ejecutivos decidieron que su nueva promesa se fuera fogueando en cintas de poca monta y bajas expectativas comerciales. De entre estas películas, hay que destacar I'ts The Old Army Game (1924) por un par de razones: juntó en la pantalla a W.C. Fields y Brooks (ambos por cierto con demasiado gusto por la botella) y durante el rodaje Louise conoció al que sería su primer marido, el director de la película Edward Sutherland, que empezó su carrera como actor y más concretamente como uno de los famosos Keystone Cops. Charles Chaplin vuelve a cruzarse en el camino de esta historia por la casualidad de que Sutherland fue dirigido en Una Mujer de Paris (A Woman of Paris, 1923). Lejos de ser un matrimonio feliz, éste estuvo lleno de infidelidades varias tanto de Brooks como de Sutherland, por lo que no es de extrañar que el divorcio llegara pronto. Concretamente cuando Louise conoció al millonario George Preston Marshall, un propietario de una cadena de lavanderias con el que pronto empezaría a socializar en los círculos más privilegiados de Hollywood.

Brooks & McLaglen.
1928 fue el año del lanzamiento de Louise. Por fin un director de categoría como era Howard Hawks se fijó en ella para un papel de rompecorazones en Una Chica en Cada Puerto (A Girl in Every Port, 1928). La historia de dos marineros rivales al principio (Victor McLaglen y Robert Armstrong) y amigos después a base de darse una ensalada de sopapos cuya amistad se pone a prueba cuando conocen a una artista de circo (Brooks) especialmente arpía. Aparte de ser recordada por ser pionera en muchos de los temas a los que Hawks volvería en futuras ocasiones, fue la película con la que Estados Unidos "descubrió" el talento innato de robaescenas de Louise. Pronto llegarían a los kioskos revistas de cine y moda varias con Louise ocupando la portada. Era el momento de darle a la chica del "casco negro" un papel protagonista.

Brooks & Arlen: Hobos with an ego.
Otro nombre ilustre de Hollywood como William Wellman se interesó por Louise para su drama sobre tres vagabundos que huyen de la justicia Mendigos de Vida (Beggars of Life, 1928). El papel de Louise daba para muchas posibilidades dramáticas al interpretar a una joven desdichada que mata a su padrastro en defensa propia cuando este intentaba violarla. Además, estaría rodeada de dos estrellas del estudio como eran Wallace Beery y Richard Arlen. Todo parecía indicar que no habría problemas durante el rodaje, pero pronto estallarían los egos. Louise empezaba a tener la vida "en bandeja de plata" y el estudio la pagaba un magnífico sueldo, cosa que hizo poca gracia, por no decir ninguna a su co-estrella Richard Arlen, que consideraba que Louise era una recién llegada a Tinseltown que no merecía cobrar una buena fortuna...sobre todo si cobraba más que él. Arlen no tardó en quejarse de su situación en voz alta durante la filmación y pronto comenzaron las batallas verbales entre los dos divos. Un rodaje "divertido" que sin embargo no empañó la química que mostraba en pantalla la pareja. Mendigos de Vida es un titulo recomendable para todo aquel cazador de películas de los años 20 no muy conocidas y una cinta obligatoria para fans de la Brooks. Aparte de la presencia de Louise disfrazada de chico por exigencias del guión, hay escenas sobresalientes como el perturbador flashback donde Brooks narra el intento de violación y muerte de su padrastro mientras vemos su rostro superpuesto, Arlen enseñando a Brooks cómo subirse a un tren en marcha (escena rodada sin dobles), los dos protagonistas solitarios en un pajar (ojo a las emociones que expresan sus rostros), la convincente actuación de Beery como líder de un grupo de vagabundos que querrá a Louise para él solo o el climax final con los protagonistas enfrentados a la policía en pleno tren en marcha. Todo ello mientras vemos una "América profunda" pre-Gran Depresión polvorienta y nada glamourosa filmada con la impecable fotografía de Henry Gerrard. Aunque el bloque central de la película tire a espesito, las virtudes acaban sobreponiendose para confirmar a Mendigos de Vida como un clásico de culto. Sobre todo al ser una de las primeras películas al experimentar con el sonido, todavía en pañales pero firmemente asentándose en las salas de todo el mundo.

Brooks realizó posados desnuda, como éste de 1924.
Mientras tanto, Louise se lo "pasaba en grande". Aunque oficialmente su pareja era el millonario Marshall, extraoficialmente visitaba camas de hombres y mujeres conocidos o no para saciar su legendario apetito sexual ("Hacer el amor es sólo una forma petulante de pasar el tiempo esperando la llamada del estudio de cine"). La propia Brooks dijo que la mismísima Greta Garbo tuvo un rollete de una sola noche con ella y que fue una amante "encantadora y tierna". Pero no sólo el sexo fácil era una de las ventajas del estrellato: Fue habitual de la mansión de William Randolph Hearst y Marion Davies y de sus legendarias fiestas, donde disfrutaba peligrosamente de los placeres del alcohol que causarían futuros quebraderos de cabeza a sus directores. Afirma Kenneth Anger en su primer Hollywood Babilonia (o sea que hay que coger esta anécdota con pinzas) que posiblemente se deba a la lenguatera Brooks el que se filtrase por los mentideros de Hollywood un secretillo de alcoba que le contó Davies: Su viejo y millonario marido llamaba "rosebud" a una parte de su anatomía muy íntima. Si "gracias" a Louise Orson Welles tuvo el nombre para la clave de la vida de su Charles Foster Kane en Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), la actriz se merece con más motivo su lugar en la historia del cine... Lo que sí podemos asegurar al 100 % es que el futuro guionista de Kane Herman J. Mankiewicz fue uno de los guionistas de la siguiente película de Brooks en Paramount, The Canary Murder Case. Al acabar el rodaje, a Louise le llegaron noticias desde Alemania sobre el interés de un director por sus servicios como actriz.

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