La Filmoteca del Terrario

lunes, 8 de agosto de 2011

LA SEMANA MÁS LARGA (1-7/8)


NECRONOMICÓN (Jesús Franco, 1968) Si el propio Jess Franco no es capaz de describir la trama de la peli, ¿lo voy a hacer yo? No. Tiene que ver en cómo se funden la fantasía y la realidad de una performer girl de un show sadomasoquista y cómo se van confundiendo en uno de los titulos más celebrados internacionalmente de Franco. Con libertad absoluta para hacer lo que quisiera dentro del estrecho margen que le dejaba el presupuesto, la cinta es un "trip" psicodélico entre fiestas bizarras con invitados actuando como perros, lesbianismo, sexy shows marca de la casa franquiana, personajes soltando nombres al azar (Buñuel, Fritz Lang, Godard…por ejemplo), influencias del cómic y el amado jazz de Jess y hasta el mismísimo diablo…¿o está todo dentro de la mente del personaje de una deliciosa Janine Reynaud? Presencia de los míticos Jack Taylor y Howard Vernon, pretenciosidad y desenfado y banda sonora jazz de Friedrich Gulda para un film no apto para cualquier tipo de público y, casi casi, reservado estrictamente a “franquianos” de pro. Por cierto, Fritz Lang felicitó públicamente a Jess tras ver la peli comentando que fue la única peli erótica con la que se quedó en la butaca hasta el final.


ALEXANDER NEVSKI (Sergei M. Eisenstein, 1938) Sergei Eisenstein tardó un par de años en rodar la épica historia de un principe ruso que librará una dura batalla con los malignos conquistadores teutones (echan a niños a la hoguera y todo). Básicamente el motivo de que tardara tanto en filmarla se debió a su meticulosidad en rodar las impresionantes batallas entre ejércitos en la nieve y lagos helados. Batallas copiadas posteriormente por directores de todo tipo y pelaje, desde David Lean en su Zhivago hasta Antoine Fuqua en El Rey Arturo. Realizada con fines claramente propagandísticos (cambien el siglo XIII por el XX y a los invasores por los nazis) y con la estrecha colaboración de Prokofiev en la banda sonora, un título indispensable para cinéfilos, aunque pueda “indigestarse” al espectador “corriente” con su estatismo.




S1M0NE (Andrew Niccol, 2001) Hay películas como decía Carlos Pumares que son mejores contadas que vistas. Un Andrew Niccol con todas las buenas intenciones del mundo tras Gattaca y El Show de Truman decide hacer el tercer capítulo de una especie de trilogía sobre lo que es real y lo que no realizando un remake, salvando las distancias, de La Mujer Explosiva con una fábula con moraleja sobre un director “artista” (“Patxi”) que va de fracaso en fracaso y cuyo remate es el abandono de la actriz protagonista (Winona Ryder) por no satisfacer sus demandas (el trailer más alto, m&m’s rojos separados del resto). Su carrera va al garete, pero conoce a un inventor excéntrico enfermo terminal (Elias Koteas) que le deja un programa informático al morir. Con él creará a la actriz perfecta. Pero se convierte en megaestrella y. por supuesto, no existe en el mundo real. Más que reflexionar sobre lo real y lo virtual, los tiros van a satirizar Hollywood y la farándula que lo rodea (paparazzi, mass media, ejecutivos cómo fabricar una estrella) tirando por los caminos previsibles y con citas cultas de chinchinabo (S1m0ne cantando Natural Woman de Aretha Franklin, la hija de Pacino leyendo…Pigmalión). Demasiado larga y con un tramo final que huele a bloqueo creativo solucionado “porque sí”, se deja ver de todas formas, pero la oportunidad perdida es de las gordas.



TENDER FLESH (Jesús Franco, 1997) La primera de las producciones de Jesús Franco con One Shot Productions .Y según todos, la mejor/más presentable/menos mala, dependiendo a quién pregunten. Protagoniza la bella Amber Newman y completan el reparto Lina Romay y un pobre Aldo Sambrell más perdido que una convención de fans de Burt Reynolds en el club "La Ostra Azul". Vendida en principio como una variante más de la historia de El Malvado Zaroff, en realidad es un pretexto para filmar escenas softcore de lesbianismo, masoquismo, canibalismo y un largo etc. que produce más somnolencia que excitación. Los últimos 10 minutos se dedican a la "caza a la macizorra" por los bosques malagueños, pero para entonces uno se pregunta "total...¿para qué?" Ojo al sexy show del comienzo, con una Newman que podía haber sido una magnífica musa franquiana, pero malos hábitos de salud (alcohol y drogas) hicieron a Franco casi prescindir de ella y una "impagable" escena donde la esclava sexual de los ricachones de la isla donde se desarrolla la acción hace pis en una pota...sin trampa ni cartón. Adivinen qué hará el cocinero con ella. Que aproveche.


DÍAS REBELDES (American Anthem, Albert Magnoli, 1986) Tras el espectacular éxito de Purple Rain (la película), los ejecutivos de Lorimar ficharon a su director Albert Magnoli para rodar una imitación/plagio del clásico protagonizado por Prince: Joven con un don extraordinario (allí la música, aquí la gimnasia), con problemas familiares (en las dos los padres son la fuente principal de los problemas, enfrentamientos físicos incluidos), con novia cuyas relaciones van de lo maravilloso a lo desastroso (allí Apollonia, aquí Janet Jones), con rivales que al final y en el fondo son “buena gente” (allí Morris Day & The Time, aquí los del gimnasio rival…chino malencarado incluido), con traumas que vencer en el final (allí en el escenario, aquí en una competición para designar a los representantes del equipo olímpico americano). Claro que al menos Prince tenía presencia ante la cámara y sabía actuar un poquito; el gimnasta olímpico Mitch Gaylord no se diferencia mucho de un mueble interpretativamente hablando y su carisma es cero. Todo un carrusel de tópicos para ir adivinando conforme avanza el metraje rodados con la misma estética de Purple Rain (luces de neón, niebla, fotografía “flashdancera”, montaje “mtvochentero”) pero sin las virtudes de aquella. Que no eran solo las canciones precisamente. La carrera de Magnoli como director de serie A terminó aquí, si descontamos su labor como sustituto no acreditado en Tango & Cash tras el despido de Andrei Konchalovsky y se dedicó al masoquismo: Fue asistente personal de Prince durante dos años.

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